Muere «hombre del hoyo», último sobreviviente de una tribu aislada de Brasil

Por Celeste Armenta
29 de agosto de 2022 9:02 PM Actualizado: 31 de agosto de 2022 9:57 PM

El último integrante de una tribu en la selva amazónica Brasil falleció luego de haber permanecido aislado durante décadas. Su peculiar método de cavar hoyos en la tierra le valió el sobrenombre de «el hombre del hoyo».

El hombre del que se sabe que era un indígena que vivía desde hace más de 26 años en aislamiento voluntario en la selva amazónica de Brasil, falleció aparentemente por causas naturales.

El «hombre del hoyo» o «indio Tanaru», el último superviviente de una etnia desconocida, fue hallado muerto en su hamaca dentro de su choza el pasado 23 de agosto, informó la Fundación Nacional del Indio (Funai) en un comunicado.

El cuerpo del hombre fue encontrado por José Algayer durante un recorrido de rutina, de acuerdo a BBC.

Posiblemente el hombre había sentido que ya era la hora de su muerte porque su cuerpo estaba cubierto de plumas de guacamayo, explicó el experto indígena Marcelo dos Santos.

«Estaba esperando la muerte, no había signos de violencia», dijo dos Santos, y agregó que posiblemente había fallecido de 40 a 50 días antes de ser encontrado.

No se encontraron señales de que otras personas hayan estado cerca de la choza, y tampoco había señales de violencia o de lucha, y los «utensilios y objetos utilizados habitualmente por el indígena seguían en su sitio», se detalla.

«En el interior de la cabaña, había dos fogones cerca de su hamaca», y de acuerdo con una lista de viviendas registradas por la fundación, esta era la número 53. Al igual que el resto de las chozas, esta tenía el mismo patrón: una sola puerta de entrada y salida y un agujero en el interior de alrededor de 10 pies de profundidad.

Los hoyos los hacía en sus chozas o en los alrededores y se cree que eran trampas para los animales que cazaba o para esconderse.

El hombre fue identificado hace 26 años en la tierra indígena Tanaru, ubicada en el estado de Rondonia, cerca de la frontera con Bolivia, y desde entonces era monitorizado y protegido por la Funai.

Se piensa que la mayoría de su tribu fue asesinada en la década de 1970 por un grupo de ganaderos que querían expandir sus tierras, y que los últimos seis integrantes fallecieron en 1995 tras un ataque de mineros ilegales. Esto lo dejó como el último de su tribu.

El escurridizo hombre evitó todo contacto con otro ser humano, por lo que no se sabe qué idioma hablaba o cómo se llamaba su tribu. Fue visto por última vez en 2018, cuando integrantes de la Funai lo filmaron por casualidad mientras cortaba un árbol con una herramienta similar a una hacha.

«Si te acercas demasiado, disparará una flecha como advertencia», escribió Fiona Watson, directora de investigación y campañas de Survival que visitó la zona en 2004. «El año pasado alcanzó a Tunio, que trabaja para Funai. Afortunadamente, Tunio se recuperó pronto».

Un grupo de peritos de la Policía realizaron una primera inspección al cadáver, que será sometido a una autopsia por un médico forense de la Policía Federal para conocer las causas de la muerte.

Para llevar a cabo los trabajos de monitoreo del indígena se usaron drones y un escáner en tres dimensiones, y se recolectaron diversos vestigios en el lugar donde vivía, que también serán analizados.

En la selva brasileña se han identificado al menos 114 pueblos indígenas que viven aislados, sin mantener contacto con otras personas.

Con información de Efe.


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