Mientras la pandemia mantuvo a mucha gente encerrada en sus casas y algunos se deprimían, Maria Bertrand fue rescatada de su momento más oscuro por un inesperado amigo emplumado.
La actriz de Montreal, que ahora vive en Los Ángeles, no tenía el mejor año; su relación terminó; su perro falleció al poco tiempo; luego los cierres acabaron con su negocio.
«Me decía a mí misma ‘lo único que necesito es un milagro'», dijo a The Epoch Times. «Sé que parece una locura, pero estoy convencida de que mi perra Moone me trajo a Happy porque sabía que se estaba muriendo y sabía que yo no soportaría perderla en ese momento».
«La única vez que salía de casa era para hacer compras o para mi caminata diaria alrededor de las 10 de la mañana.
«Doblé una esquina y vi un pájaro dando picotazos, a lo que creí que era un cangrejo en la calle».
«Al acercarme me di cuenta que era un bebé al que el pájaro adulto estaba atacando».
El gorrión «desnudo» tenía heridas de pinchazos en la cabeza y el pico deformado. María lo llevó a un veterinario y, después de salir, recibió una llamada y le dijeron que había que practicarle la eutanasia.
«Estuve allí en 45 minutos y lo recogí», dijo. «No podía dejar que le practicaran la eutanasia a un pájaro que quería vivir. Siempre estaba gritando por comida y era muy peleón para ser tan pequeño».
Sin nada más en su vida, sin querer ni siquiera levantarse por la mañana, María encontró una razón para vivir.
«Happy literalmente salvó mi salud mental durante mi época más oscura. Realmente sentía que no me quedaba nada ni tenía ningún propósito (…) excepto alimentar a este pequeño ser que dependía de mí», dijo.
Los gorriones silvestres no son nativos de California, así que era legal quedarse con el ave.
Lo llamó «Happy», porque su pico deformado siempre hace que parezca que está sonriendo.
Le sorprendió la variedad de emociones que demostraba.
Al pájaro le encanta comer, dice, y siempre tiene curiosidad por conocer a los nuevos amigos que vienen a visitarla.
A veces, Happy se muestra disgustado; en ocasiones María tiene que recortarle el pico deformado. «Si tardo demasiado en hacerlo, se enfada mucho conmigo», dijo en un video.
«Volará por ahí y se pondrá en plan ‘¡me-me-me-me-me!’, literalmente, regañándome».
(Cortesía de @happythesparrow)
Dijo que empezó a grabar en video sus actividades con Happy cuando lo llamaba por su nombre, que él reconocía, y él volaba desde otra habitación de la casa y se posaba en su hombro.
Incluso Happy construyó un nido en la casa y, adorablemente, se metía en la cama cada noche.
María comparte los asombrosos videos con Happy en su página de Instagram, donde alegra a decenas de miles de seguidores.
Pero sobre todo, este pajarito con el pico deformado apareció cuando más necesitaba un amigo.
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