Una pareja de Arizona que compró un escritorio en una tienda de segunda mano se sorprendió al descubrir un tesoro de historia familiar que databa de hace 100 años. Asombrados, hicieron todo lo posible por reconectar a la familia con esa parte de la historia.
Jenna Riggs, de 32 años, ama de casa que vive en Gilbert, Arizona, tiene su propia pequeña empresa de restauración de muebles viejos y joyería.
Buscando en su tienda local Goodwill piezas para reciclar, Riggs se topó con un escritorio de secretaria que le pareció un buen proyecto. Tras comprar el mueble por 20 dólares, empezó a pintarlo en su garaje.
Para su sorpresa, al llevar el escritorio al interior de su casa, se volcó y reveló un contenido inesperado.
«Había pilares que pensé que formaban parte del escritorio, pero resultaron ser compartimentos secretos», explicó Riggs a The Epoch Times. «Cuando encontré los sobres y papeles allí, me quedé sorprendida e intrigada por lo que podían ser».
El tesoro escondido contenía hermosas cartas manuscritas que databan de 1917, expresivos poemas y canciones escritos en letra cursiva, recortes de periódico y valiosos sellos antiguos que, según se descubrió más tarde, valían mucho dinero.
Pronto se supo que la joven que había escrito los poemas sobre enamorarse de un marinero y otras rimas divertidas se llamaba Martha McCollough.
A la Sra. Riggs se le ocurrió entonces una idea: hacer un esfuerzo adicional y conectar a la familia con esta preciosa pieza de su historia familiar.
«Cuando leí las cartas y vi el valor sentimental que tenían, pensé que debía intentar averiguar a quién pertenecía el escritorio», dijo. «Solo pensé en hacer por los demás lo que me gustaría que hicieran por mí».
La Sra. Riggs publicó una foto del escritorio y el nombre de Martha en un grupo local de Facebook. Localizar a un familiar no llevó mucho tiempo.
«En tres horas, habíamos encontrado a la nieta de Martha», dijo. «Un amigo común se había puesto en contacto con ella, y la nieta se puso en contacto conmigo».
Según la Sra. Riggs, los propietarios originales del escritorio eran de Mesa, Arizona, y cree que habían cultivado en la zona durante mucho tiempo. Lo siguiente que supo Riggs fue que un canal de noticias se había hecho eco de la historia y se puso en contacto con la nieta de McCollough, Shirley Knight, para que viera los objetos por primera vez.
Aunque la Sra. Knight no recordaba el escritorio, estaba encantada de descubrir nuevos tesoros familiares. Junto con artículos sobre su padre, varias cartas y los preciados sellos, la colección le permitió conocer mejor a su abuela.
«Dijo que nunca antes había visto esa faceta de su abuela, y fue estupendo verla bajo esa luz, porque su abuela solía ser bastante seria», dijo la Sra. Riggs.
La Sra. Knight estaba «muy contenta» de poder revivir los recuerdos de su infancia con su abuela y «agradecida» de poseer una pieza tan sentimental de la historia familiar.
La Sra. Riggs se alegró de haber podido hacer esto por la familia.
«No me atrevía a tirarlo porque me parecía demasiado especial», dijo. «Estoy muy contenta de que los objetos se hayan vuelto a conectar con la nieta», dijo, y añadió que sabe que no actuó sola y que «Dios tuvo algo que ver».
La Sra. Riggs cree en hacer un esfuerzo adicional por la gente.
«Te sorprendería ver cómo los pequeños actos de bondad pueden marcar la diferencia en la vida de alguien», afirma.
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