Una madre decidida transformó el «cuchitril» de un acumulador en una impresionante casa familiar.
Ciara Sowers, de 32 años, pasó CUATRO años limpiando la comida podrida, los frascos de orina y las bolsas de pelo humano de la casa para convertirla en un increíble hogar para ella y sus hijas Macy, de 6 años, y Marleigh, de 3 años.
Ciara le compró la casa a su abuela —que había alquilado la casa durante años a un hombre— pero se quedó sorprendida cuando recibió las llaves de la propiedad por primera vez.
Las fotos muestran lo que encontró: una cantidad de desechos suficiente para llenar 100 bolsas de basura de tamaño industrial. La propiedad había sido alquilada por un individuo que, según se supo, era acaparador, y dejó en el lugar montones de suciedad y desechos humanos.
«Cuando abrí la puerta del baño por primera vez, pensé que habíamos cometido un gran error», dijo Ciara. «Había heces humanas embadurnadas en la puerta y en la bañera había agua estancada con una caja de leche en la que se sentaba para bañarse».
Y añadió: «En la casa también encontramos frascos llenos de orina, bolsas de pelo humano, preservativos usados, periódicos, revistas, comida podrida y basura. La basura me llegaba a la cadera y teníamos que trepar por encima de platos y sofás para entrar en la habitación».
Sin embargo, Ciara fue perseverante y logró transformar la propiedad, en Alberta (Canadá), en un acogedor hogar para ella y sus dos hijas.
Además de limpiar el interior de la casa, un segundo edificio de la propiedad se había convertido en un gallinero, y tuvieron que derribar un granero que había quedado en mal estado.
El mayor reto para Ciara fue la entrada principal de la casa, después de descubrir que los cimientos se estaban desmoronando y que era necesario arrancar todos los viejos paneles de yeso y cambiar el suelo. En total, el trabajo para completar esto solo tomó seis meses.
Además, tardaron unos tres meses en hacer la casa habitable, pero el resultado final de cuatro años de duro trabajo es que ahora Ciara es feliz cuando llega a su casa.
«El secreto fue la determinación, soy muy trabajadora y no me puedo relajar hasta que no tengo el trabajo hecho», añade. «Las fotos del después son el aspecto que tiene ahora y siento que la casa está a mi altura, me siento segura de compartir el lugar donde empecé».
Con información de Caters News.
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