Una mujer nacida en Minnesota y radicada en California se ha hizo popular por tomar impresionantes imágenes de colibríes. La instagramer toma fotografías con impresionantes detalles de estas pequeñas joyas en su patio trasero.
«Todos dicen que aman a los colibríes», dijo Tracy Johnson a The Epoch Times. «Pero mi amor por los colibríes va mucho más allá de la belleza exterior y de las experiencias que he tenido con ellos».
Johnson, que actualmente vive en Livermore, trabajaba como ejecutiva durante el día y como cantante y compositora durante la noche hasta hace seis años. Sin embargo, tras serle diagnosticadas dos enfermedades musculares autoinmunes —esclerodermia y una miopatía inflamatoria— quedó incapacitada para trabajar, tocar la guitarra o escribir canciones.
Debido a su estado, Johnson tuvo que mudarse con su padre y su madrastra.
«Estuve muy deprimida», dice Johnson. «Pasé de tener dos hermosas carreras que me encantaban a no tener nada de repente. Ningún propósito. Sin sentimiento de autoestima».
Sin embargo, durante esta época fue cuando, un día, mientras tomaba el sol en el patio trasero de sus padres, un colibrí se le acercó y dio vueltas alrededor de su cara.
«Estaba lo suficientemente cerca de mí como para que pudiera ver un brillo en su ojo, y el destello de color en su cuello, y el polen amarillo en su cabeza», dijo Johnson.
Johnson, que intentó comunicarse con el colibrí, dijo: «¡Eres un desastre! Mírate: tienes polen en la cabeza». Sin embargo, el pequeño pájaro se limitó a devolverle la mirada con ojos claros. Fue entonces cuando Johnson se dio cuenta que tal vez el día del colibrí no marchaba como él quería, pero que al menos tenía un propósito: saltar de una flor a otra en busca de néctar.
Al reflexionar sobre este caso en su vida, Johnson se dio cuenta de que ella también necesitaba un propósito.
«Un nuevo propósito que mis terribles músculos me permitieran hacer», dijo Johnson. «Así que monté mi cámara en un trípode y esperé. Y tomé probablemente 500 fotos de colibríes volando hacia el comedero y de esas 500 fotos, quizás una se podía usar y enfocar».
Sin embargo, en ese momento, las imágenes borrosas no le importaron a Johnson, ya que había encontrado un «nuevo propósito».
Con el tiempo, Johnson mejoró la técnica de las fotografías y han quedado mejor enfocadas. Después de mostrar su colección a un amigo, fotógrafo de National Geographic, se animó a crear una página de Instagram dedicada a los colibríes.
En poco tiempo, sus seguidores ascendieron a 75,000 y empezó a recibir solicitudes de entrevistas de varios medios de comunicación.
«Los colibríes me salvaron literalmente la cordura», dice Johnson. «Me dieron esperanza cuando sentía que había perdido toda esperanza. Me dieron un nuevo propósito. Realmente estoy agradecida».
Provista de una cámara Nikon D610 y un objetivo Tamron de 150 a 600 mm, Johnson afirma que se necesita mucha paciencia para captar a estas pequeñas aves, ya que son muy rápidas.
«Tomar fotografías de los colibríes es un gran desafío por muchas razones», dijo Johnson. «Puede ser un gran reto: porque puede que uno tenga la toma completamente preparada y que el pájaro se vea realmente brillante y bonito y luego una nube pase por delante del sol y uno tenga que empezar de nuevo».
Johnson incluso les ha puesto nombre a algunos de los colibríes de su patio trasero, ya que son visitantes frecuentes. Hay algunos, como los colibríes Annas, los colibríes de cola ancha y una pareja de colibríes de barbilla negra, que permanecen todo el año, mientras que los colibríes rufo y los colibríes calíope son de naturaleza migratoria.
Con la oportunidad de observarlos tan cerca, Johnson dice que «hay una cantidad tan hermosa de inteligencia en estas pequeñas criaturas. Me parece increíble».
«Estas criaturas tienen personalidades tan individuales como nosotros. Y atuendos que tienen ligeras variantes, de modo que si se presta mucha atención, se pueden distinguir», añade.
Aparte de su impresionante belleza, Johnson dice que las personalidades de estos pajaritos «son tan diferentes como los copos de nieve».
«Verlos interactuar es fascinante y, muy a menudo, muy divertido», dijo Johnson.
Además de pasar el tiempo en su patio trasero retratando a estas diminutas aves, Johnson también se hizo amiga de una familia de conejos de cola de algodón.
«Me siento muy bendecida por tener esta conexión con los animales y las aves. Y cada día me da nuevas alegrías interactuando con estas criaturas», afirma.
Johnson dice que está «gratamente sorprendida» por la abrumadora reacción que ha recibido su página, ya que sus seguidores aprecian a estas pequeñas aves al igual que ella.
«Muchas personas me han dicho que mi página de Instagram es su página favorita en Instagram y que es un lugar tranquilo para ellos», dijo Johnson. «En una época en la que el mundo parece haberse vuelto completamente loco: pueden venir y escapar a mi mundo tranquilo y relajante de colibríes».
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