Una pareja que pensó que nunca podrían concebir fue sorprendida con un “bebé milagro”. Cuando la mujer fue a una revisión al médico por un dolor de estómago, se enteró que tenía 34 semanas de embarazo y tenía que dar a luz de inmediato.
Nicci Garlic y su marido Kelsie Garlic, de Illinois, en EE.UU. fueron testigos de una sorpresa que para ellos fue un “absoluto milagro”. Después de 8 años de que Nicci intentará quedar embarazada, el matrimonio se había dado por vencido.
Sin embargo, el 1 de febrero un aparente dolor de estómago sacó a Nicci, maestra de educación especial, de la escuela, para ir al hospital y revisarse. La inesperada sorpresa fue que tenía 34 semanas de embarazo y que debían realizar de inmediato una cesárea para que pudiera dar a luz, informó People.
Poco después, esa misma tarde, mientras Kelsie cuidaba a sus dos hijos adoptivos de la pareja, de 4 y 6 años, recibió una llamada urgente de Nicci.
«Estoy sentada mirando y ella me llama», relató el padre al mismo medio. «Y ella es como, ‘Hey, no vas a creer esto. Estoy embarazada de verdad. No solo estoy embarazada, sino que tengo 34 semanas'».
«Nunca, nunca me había sentido así», dice Kelsie sobre el momento en que Nicci le dio esa noticia. «Y concedido, es mi primer recién nacido».
«Los dos queríamos una familia», añade. «Esto no fue un error. Lo queríamos desde que nos casamos. Así que para que esto nos suceda, es simplemente increíble. Es increíble».
Así fue como, en menos de 24 horas Nicci y Keslie, se enteraron del embarazo y más sorprendente aún, tuvieron a su bebé en brazos.
El 2 de febrero, un poco después de la medianoche nació Charlie Keith Garlic en el Hospital Northwestern Medicine Central DuPage de Winfield, Illinois.
Aunque el momento del parto no fue tan sencillo, pues la vida de su esposa y la de su bebé estaban en riesgo.
“Le explicaron que su presión arterial era muy alta (más de 220), que tenía preeclampsia y que, por el bien de su salud y la del bebé, tendrían que hacerle una cesárea de urgencia inmediatamente”, relató el padre en una recaudación de fondos de GoFundMe.
«Estaba llorando y llorando y llorando sin parar», dijo Kelsie a People. «Porque no sabía si iba a vivir… Estaba en plan: ‘Por favor, Dios, deja que mi mujer viva’. No sé qué haría sin ella'».
La operación fue un éxito, y tanto Nicci como su hijo recién nacido, estaban sanos.
«Un bebé milagro que no sabíamos que existía», dice Kelsie sobre Charlie. «Descubrimos que estábamos embarazados y tuvimos al niño, todo, en 10 u 8 horas. Es irreal. Es irreal».
La pareja que lleva 8 años de matrimonio, habían asumido que nunca podrían tener hijos, pues desde el 2014, año en el que se casaron comenzaron a intentarlo.
“Mi esposa, Nicci, y yo habíamos estado tratando que quedará embarazada desde 2014 (el año en que nos casamos), y no había tenido éxito. Buscamos atención y experiencia de numerosos médicos, incluyendo prenatales, de fertilidad, terapeutas y ginecólogos; y descubrimos que mi esposa tenía complicaciones con la ovulación y rara vez experimentaba períodos”, agregó Kelsie en su campaña de GoFundMe.
El padre explicó que su esposa, era una persona “única, apasionada con empatía y compasión”. Sin embargo, con el paso del tiempo “su incapacidad para dar a luz” la había desgastado, e incluso su relación había sufrido las consecuencias.
En 2019, decidieron convertirse en padres de acogida en el Estado de Illinois, certificándose para recibir hijos de manera temporal. No obstante, sus dos hijos de acogida, de 4 y 6 años, quienes llevan con ellos casi 2 años, cambiaron sus vidas por completo y ahora están en proceso de obtener su tutela legal.
Así fue como la familia pasó de no tener hijos hace unos pocos años, a ser una hermosa familia de 5 integrantes, un niño de 4 años, uno de 6 y ahora su pequeño recién nacido.
Y aunque la felicidad es inmensa y un verdadero “milagro”, el padre decidió realizar una recaudación de fondos para abordar económicamente la inesperada, pero a la vez, tan deseada llegada de su hijo.
“Mi esposa y yo no podríamos ser más felices, pero estamos profundamente asustados por nuestro futuro financiero y estamos pidiendo cualquier ayuda”, escribió el padre.
“Hemos sido bendecidos una y otra vez, y esperamos seguir devolviendo nuestro amor sin límites. Esta experiencia ha sido increíble y no puedo dejar de llorar de alegría, tanto que me he sentido obligado a contar mi historia”.
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