Conozca a la niña que lleva escalando desde que tenía 11 meses y ahora puede escalar muros de 52 pies de altura (unos 15.8 metros).
Isla Murr, australiana de cuatro años, empezó a caminar a los nueve meses y, dos meses más tarde, ya escalaba cosas. La madre de Isla, Lucy Murr, de 29 años, se dio cuenta de su inusual habilidad para trepar y empezó a llevarla a parques infantiles para niños mayores.
«Diría que ha escalado todos los parques infantiles más altos que hay en Sydney», cuenta Lucy. «La llevé a parques infantiles que tienen cosas muy altas para trepar».
Isla no tardó en aburrirse de los juegos infantiles, así que su madre decidió iniciarla en la escalada.
«Le enseñé videos de escalada en roca en mi teléfono y le entraron ganas de hacerlo», cuenta Lucy. «Veía videos de escalada y decía: ‘Quiero hacer eso, mamá, ¿puedo hacerlo? Una vez había una pared de roca en un parque infantil cubierto y me dijo: ‘Mamá, ¿puedo subir? Quiero subir ahí'».
Sin embargo, ningún centro de escalada permitía a la pequeña Isla asistir por motivos de seguridad, así que Lucy tuvo que esperar tres años para dejar por fin que Isla explorara su pasión.
«No la dejaban entrar porque era demasiado pequeña, lo cual entiendo, pero yo sabía que podía hacerlo», dice Lucy. «Siempre le decía que teníamos que esperar hasta que cumpliera 4 años. … Se sentía decepcionada y triste cuando le decía que tenía que esperar».
En cuanto Isla cumplió 4 años, Lucy llevó a Isla a un centro de escalada y la niña escaló todo lo que pudo. Primero escaló todas las paredes para niños y rápidamente pasó a las de adultos, incluida una de 52 pies (15.8 metros de altura).
«La gente a mi alrededor me decía: ‘¡Vaya, es increíble! Había niños de unos 12 años que decían que no serían capaces de llegar tan alto», cuenta Lucy.
«Le dijimos que no tenía que llegar tan alto, pero ella siguió escalando».
La actuación de Isla no solo asombró a los demás espectadores, su padre, Brendon Murr, de 34 años, ingeniero hidráulico, también se sorprendió y se puso nervioso al ver a Isla subir tan alto.
«Mi marido estaba sorprendido, no creía que llegara tan alto. Tuve que decirle que la dejara subir», cuenta Lucy. «Creo que los niños adquieren más confianza y mejoran si se les deja hacerlo».
Lucy está segura de que la escalada será una pasión duradera para Isla y cree que su hija llegará a cosas mayores.
«Quiere volver. Definitivamente la llevaré a donde ella quiera; lo fomentaremos», dice la orgullosa madre. «En cuanto nos fuimos, me pidió volver al rocódromo, y desde entonces me lo ha pedido varias veces.
«Probablemente la llevaremos una o dos veces al mes. Estamos pensando en meterla en el entrenamiento de Ninja Warrior, pero hay que tener 5 años».
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