Un pequeño niño argentino que sufrió quemaduras en su cuerpo luego de un accidente doméstico, decidió hacer creativos pasteles y venderlos para ahorrar y poder pagar la cirugía que ayudaría a que su desarrollo físico fuera normal.
Joaquín Nahuel Núñez es el segundo de cinco hermanos y vive junto a sus padres y abuelos en un humilde barrio en General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Aunque apenas cuenta con 10 años, el niño se está convirtiendo en un experto en repostería, gusto que adquirió a través de su abuelo.
Joaquín adora hacer pasteles, pero hace apenas unos meses se dio a conocer en redes sociales qué es lo que había detrás de su repentina aparición. Hace dos años, el pequeño jugaba junto a su hermano mayor Fabricio —por solo dos años— luego de un asado junto a la familia. Joaquín encontró una botella de alcohol que roció en él y su hermano, y luego vertió otro tanto en la parrilla, relató Raquel Escobar, madre del niño a Clarín.
«Tenía a upa, a Román, que en ese momento tenía dos meses y, cuando me doy vuelta, veo al más grande con el brazo prendido de fuego: se tiró al piso, rodó y lo apagó», agregó.
Mientras tanto Joaquín gritaba «debajo de las llamas», y al intentar apagar el fuego con agua, la madre recuerda que se hacía más intenso. Hasta que el abuelo llegó, lo abrazó y logró apagarlo.
Una vecina rápidamente llamó una ambulancia que nunca llegó, hasta que una patrulla «apareció» y los llevó al hospital. Pero la situación era más grave de lo que la familia se imaginó.
«[Dijeron] que si había familiares que quisieran despedirse, era el momento, porque estaba muy grave […] Tenía que aguantar toda la noche», compartió Escobar.
Y lo hizo. Al punto de permanecer consciente y decirle a los médicos —a sus 8 años—que «había sido culpa de él». No obstante, su madre explicó a Joaquín que fue un accidente en el que solo estaba jugando.
Pero debido a la gravedad de las quemaduras fue llevado a un hospital especializado, donde les dijeron que el caso «estaba más en manos de Dios que de ellos». Increíblemente, después de mes y medio en terapia intensiva fue dado de alta.
La joven madre cree que aquella primera noche el niño volvió a nacer mientras permanecía en terapia intensiva.
Aunque las heridas del pequeño cicatrizaron, necesita una cirugía en la que le colocarán cuatro expansores debajo de la piel, y cada uno cuesta 500 dólares. Una cantidad que la familia no tiene disponible.
«A medida que crece el cuerpo, la piel crece con él. Va a llegar un momento en el que no pueda mover su cabeza: ahí va a estar listo para operarse. La operación es segura, [pero] no se sabe cuándo», dijo la mamá.
Joaquín, que decidió asumir el costo para su recuperación total, con el apoyo de su familia organizó cuatro meses atrás sorteos para recaudar dinero y pagar él mismo la cirugía.
Comenzó con una máquina para cortar cabello, una planchita y otros artículos que le donaron, hasta que incluyó un pastel, su especialidad desde los 6 años.
Así que el pequeño se entregó de lleno a cocinar y vender creativos pasteles que comenzó a publicar en redes sociales. Pero cuando publicó su historia para sus seguidores, de pronto su fama subió como la espuma.
Eso ayudó a que canales televisión locales contactaran al pequeño repostero para entrevistarlo y compartiera la elaboración de un pastel en tiempo real y así contribuir a su causa.
Joaquín también recibió una sorpresa del equipo de futbol Boca Juniors, su favorito, cuando le pidieron que llevara un pastel para un cumpleaños.
«Me habían pedido una torta […] y cuando la fui a llevar, ¡era para los jugadores!», recordó el feliz niño.
Gracias a su increíble esfuerzo, Joaquín publicó que ya había logrado «la plata» de la cirugía, que se realizará en Estados Unidos.
Luego de eso, el tenaz y firme niño tiene planeado seguir una carrera profesional en repostería, idea que es apoyada por su familia.
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