Kolten, de tres años, apenas llega al hombro de su yegua, pero está lejos de asustarse. En cambio, se abraza adorablemente a su pierna y la cubre de besos. Y la preciosa Maple, al percibir la tierna edad de su pequeño dueño, se muestra especialmente cariñosa con él.
La madre, Melina, de 28 años, de Virginia Occidental, describe el vínculo de Kolten y Maple como «una relación madre-hijo».
«En cuanto Maple ve a Kolten tiene que venir a ‘inspeccionar’ y olfatearle por todas partes, lo que hace que Kolten se ría», dijo Melina a The Epoch Times. «Tienen su propio lenguaje y Maple lo entiende; estoy deseando ver cómo sigue creciendo su relación».
La familia se considera muy afortunada de tener un caballo con una personalidad tan cariñosa y deseosa de complacer, y dice que Maple es «realmente única».
«¡Es un caballo perfecto para los niños! Es muy tolerante con todas las tonterías que hacen los niños», dice Melina.
Mira cómo Maple se acerca corriendo cuando Kolten la llama desde el prado:
(Cortesía de @maple_nala7)
La familia vive en una pequeña granja y consiguió a Maple en 2021. Melina dice que llevaba unos 20 años queriendo tener un caballo. Finalmente, tras elegir quedarse en casa para criar a su hijo en lugar de seguir trabajando como enfermera, las circunstancias parecieron propicias y Melina no perdió tiempo en buscar el animal adecuado.
No tuvo que buscar mucho tiempo. Maple fue solo el segundo caballo que fueron a ver, y el ahora caballo paint quarter de ocho años era perfecto.
«Supe al instante que era mía», dice Melina. «Incluso apareció un arco iris cuando la monté por primera vez; era un sueño hecho realidad».
Kolten solo tenía un año y medio y apenas hablaba cuando él y Maple fueron presentados por primera vez. Con una sola mirada —y un minucioso olfateo— del pequeño, fue como si Maple hubiera decidido que iba a ser su fiel amiga y protectora.
La primera palabra que dijo Kolten fue «montar». Su madre dudó, pero hizo que un amigo sujetara bien a su hijo mientras ella guiaba al nuevo caballo. «Maple sabía que debía estar tranquila y Kolten sonreía de oreja a oreja», dijo. «¡El resto es historia!»
Melina dice que su hijo está lleno de energía y le encanta hacer todas las cosas divertidas en su pequeña granja.
Dice: «Estoy muy orgullosa de lo bien que se le da a Kolten aprender todo lo que se le propone. Es capaz de contarte todo sobre los equipos de la granja, la construcción de cosas y el cuidado de sus animales. Es muy dulce y le encanta ayudar en todas las tareas. Lo que más le gusta es montar en el gran tractor con su papá y montar en su caballo Maple».
Hoy en día, a Kolten le encanta cepillar a Maple y alimentarla. Todavía está aprendiendo a montar, la llama desde el pasto, sabe cómo ensillar y cómo devolverla a su establo. Incluso le pide que haga trucos, como chocar los cinco.
A su vez, dice Melina, Maple sabe cómo hacer reír a Kolten «incluso cuando se comporta como un niño pequeño malhumorado».
«También tiene que tenerlo siempre a la vista o se pone nerviosa», dice Melina. «Realmente vela por él para asegurarse de que está seguro y es querido».
El corazón de Melina se derrite cuando ve a su hijo deleitarse con algo que ella misma ha amado toda su vida: un caballo propio. «No crecí con caballos, pero he querido tener uno desde que tenía siete años», dice. «Estoy deseando crear más recuerdos con Maple y Kolten».
Dijo que uno de sus momentos más dulces hasta ahora ha sido cuando Kolten lleva a Maple al establo después de un paseo y le dice: «¡gracias por el paseo MayMay!».
«Le baja la cabeza para darle un beso en la nariz», dijo la mamá.
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