Un divertido vídeo ha captado a Boo, un oso pardo de 22 años, asomando la cabeza entre la nieve y saliendo de su letargo invernal.
El 10 de marzo de 2024, cuando el majestuoso oso grizzly sintió que se acercaban temperaturas más cálidas, decidió despertarse para tomar el sol, según explicó Cat Cowan, de 32 años, gestora del Refugio del Oso Grizzly de Kicking Horse (KHBR), en Kicking Horse Mountain Resort (Canadá).
Boo, que nació en el invierno de 2002, llegó a su actual hogar en Kicking Horse Mountain Resort el 8 de julio de 2003, con su hermana Cari.
Un cazador furtivo había disparado a la madre de los cachorros en la carretera de la zona de Cariboo, dejándolos indefensos y con muy pocas posibilidades de sobrevivir.
Los cachorros tuvieron suerte de salvarse. Pasaron un año en el Refugio de Especies Amenazadas de Grouse Mountain, una instalación de North Vancouver, mientras se creaba para ellos el KHGBR.
«La idea del KHGBR era crear un recinto lo bastante grande como para imitar un entorno natural —con múltiples ecosistemas y diversos terrenos y fuentes de alimento— para dar a los oseznos la oportunidad de aprender mediante el método de ensayo y error, así como de ver cuál es el comportamiento instintivo de los osos pardos», explicó Cowan a The Epoch Times. «Sus nombres son un homenaje a su lugar de origen».
Por desgracia, Cari falleció siendo un osezno. Aunque su vida se truncó, él y su hermano pudieron salvar a otros osos del peligro.
«La investigación realizada sobre Boo y Cari ayudó a facilitar los programas de ‘cría y rehabilitación’ en BC [Columbia Británica]», dijo la Sra. Cowan. «Hoy, más de 30 cachorros de oso pardo en situaciones similares han recibido una segunda oportunidad en la naturaleza gracias a estos programas».
Un proceso gradual
A finales de otoño, Boo se ralentiza considerablemente. No pasa mucho tiempo antes de que empiece a «hibernar». La temporada pasada se metió en su madriguera a mediados de diciembre. La madriguera está equipada con una pequeña cámara, a través de la cual el personal de KHGRR puede vigilar a Boo.
Cowan explicó que Boo, como oso que es, no «hiberna» en el verdadero sentido de la palabra. La respuesta metabólica de los osos difiere de la de otros animales y su temperatura corporal no desciende tanto como la de los verdaderos hibernadores. Tampoco producen la hormona de la hibernación.
«No están necesariamente completamente fríos», explica. «Se despiertan en la madriguera durante ciertos periodos de tiempo».
Cuando el tiempo empieza a calentarse, los osos se mueven más. Entran en un estado llamado «hibernación andante». La Sra. Cowan comparó este estado con el de un humano que se despierta por la mañana y pasa más tiempo en la cama antes de decidirse a levantarse.
Cuando Boo decide por fin salir de su madriguera, solo llega a pasar fuera una hora al día. Durante este periodo de tiempo, suele estar un poco ciego por la nieve y la luz porque lleva mucho tiempo en la madriguera.
Poco a poco empieza a salir. «Es un proceso gradual», explica Cowan.
Boo suele salir de la madriguera en los días soleados y holgazanear por los alrededores.
«Suele tumbarse delante de la madriguera», explica Cowan.
A medida que pasen los días, empezará a interactuar más con el entorno que le rodea. Sin embargo, no abandona durante mucho tiempo la zona próxima a su madriguera.
Aunque Boo come nieve, no bebe nada durante un tiempo. Sin embargo, a medida que pasan los días, se acerca al arroyo para beber agua. Al poco tiempo, está listo para comer comida normal.
Durante el año pasado, los osos de ciertas zonas mostraron un comportamiento de letargo irregular. El invierno de Boo fue similar. Estuvo «arriba y abajo» de diciembre a marzo. Cuando por fin llegó el momento de aventurarse a salir de la cueva, la Sra. Cowan no tenía grandes expectativas.
«No nos sorprendió demasiado ver a Boo asomar la cabeza», dice. «Pero, aun así, fue bastante fantástico verlo una vez más».
Poco después de colgar en las redes sociales el vídeo de Boo despertando, se hizo viral. «Hemos recibido una respuesta enorme», dijo Cowan. «Creo que para mucha gente es algo único».
(Cortesía de Kicking Horse Mountain Resort)
Boo es adorado por fans de todo el mundo, pero no es el único oso de la zona.
Boo se comunica y se reúne con otros osos, pero también tiene un espacio personal creado específicamente para él.
«Piensa en toda la energía que utiliza un oso en libertad, sobre todo en las montañas, para buscar comida», explica Cowan. «Y el gran problema de los osos en cautividad es que no utilizan sus músculos como deberían».
Los cuidadores de Boo fomentan su comportamiento de búsqueda escondiendo la comida en lo alto de los árboles o enterrándola en la nieve.
«Eso le ayuda a buscar comida, a oler por debajo de la capa de nieve», explica Cowan. «El sentido del olfato de un oso es fenomenal. Es unas siete veces mayor que el de un sabueso».
Boo es un oso sociable, pero su personalidad ha cambiado con la edad.
Cowan dijo: «Es curioso, la cosa es que se está ralentizando un poco más, es un poco más exigente sobre con quién sale y cómo son sus días. Se asegura de tener tiempo para sí mismo cuando lo necesita. Le gusta relajarse y tomar el sol».
Kicking Horse ofrece visitas privadas en las que los visitantes pueden conocer a Boo en persona, pero de forma individual. El complejo abrirá al público en mayo.
«Esperamos ver a todo el mundo, y estamos entusiasmados con nuestra temporada de verano 2024», dijo la Sra. Cowan.
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