Pancho es una mezcla de pitbull con pelaje del color de una taza de mantequilla de maní Blizzard de Dairy Queen. Hoy no es el cumpleaños de Pancho, pero le dan una tarta de mantequilla de maní para él solo, y todo por ser exactamente lo que dice su pastel: el niño más bueno.
Los Martínez, una familia de Española, Nuevo México, adoptaron a Pancho hace ocho años y ahora están más agradecidos que nunca por haberlo hecho, porque el bondadoso Pancho, que bate la cola sin parar, les salvó la vida.
En junio, un hombre armado con un cuchillo irrumpió en el piso de arriba de su casa, y Pancho defendió a su familia. Desafortunadamente resultó gravemente herido en el acto heroico, pero ahora es su héroe.
«Parece mejorar con toda la atención, siempre está moviendo la cola», dijo Mattie Allen, de Española Humane Society, a The Epoch Times. «Se pasea con una sonrisa en la cara y es un poco fanfarrón».
Es difícil imaginar lo que sufrió hace apenas unas semanas, dado lo feliz que es hoy. La Sra. Allen fue testigo de cómo los Martínez lo trajeron al refugio en su coche a las 7:45 de la mañana del 5 de junio, después de conducir toda la noche de pueblo en pueblo buscando un veterinario. Al quitarle los vendajes de compresión, vieron su «enorme» herida, «la más grande que vi en mi vida», dijo, causada por el cuchillo que le había seccionado la yugular.
En la mesa de operaciones, mientras los veterinarios se afanaban por salvarlo, el corazón de Pancho se paró, su pérdida de sangre era demasiado grande. Pero sus esfuerzos por recuperarlo tuvieron éxito. Pancho triunfó.
«Esa tarde ya sabíamos que se iba a poner bien», dice la Sra. Allen. «En ese momento, lo reunimos con su familia».
Pancho es cariñoso, pero fue poco tierno la noche del robo cuando la familia lo oyó ladrar en el piso de arriba de su casa. «Subieron corriendo y se encontraron a Pancho defendiendo a la familia de un intruso que había entrado en la casa con un cuchillo», explicó la Sra. Allen.
«El intruso lo apuñaló en el cuello, y [el Sr. Martínez] dijo que Pancho nunca soltó el brazo [del intruso], incluso mientras su vena yugular bombeaba sangre», dijo. «Creo que le dio una patada a Pancho».
Una vez que el intruso ya no pudo sostener más la situación, huyó. El Sr. Martínez persiguió al hombre por la calle, y alguien acabó por derribarlo al suelo, donde lo retuvieron hasta que llegaron los agentes del Sherriff. «Desde entonces ha sido acusado de allanamiento de morada y crueldad animal extrema», dijo la Sra. Allen.
El sospechoso no resultó gravemente herido por la mordida de Pancho en su brazo, aunque la laceración del perro fue el resultado de la acción de apuñalar y rebanar con evidente intención de matar, dijo la Sra. Allen.
La patada también desprendió un disco de la espalda de Pancho, lo que le hizo cojear durante días tras la operación. Esto se remedió poco después en terapia.
Ha recibido «muchos esteroides, acupuntura y terapia láser», dijo la Sra. Allen. «Ahora se para en sus patas. Está corriendo. Se mueve de maravilla».
Pancho es un perro viejo. Su edad de 8 o 9, en años perrunos, se está acercando, y sufre así de artritis y deterioro general. A pesar de todo, Pancho se ha recuperado totalmente.
«Está muy bien. Es un milagro», dice la señora Allen.
Hace ocho años, la familia Martínez adoptó a Pancho. Sus dueños se preguntan ahora: ¿quién salvó a quién? La Sra. Allen dice que fue testigo de un momento increíble entre Pancho y su dueño tras la operación que salvó la vida del perro.
Tras la operación, el Sr. Martínez se arrodilló junto a Pancho, acunó su cabeza entre las manos y le habló sobre su recompensa.
Apretando la cabeza del perro contra la suya, dijo a Pancho que solo recibiría bistecs el resto de su vida.
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