En la granja familiar, una escena conmovedora se repite con frecuencia: la pequeña Lucy Ugarte, de un año y medio, acaricia cariñosamente la nariz de Brooke, una imponente yegua quien responde con igual afecto.
«¡Ay, mi corazón!», exclamaron numerosos internautas en los comentarios de un video publicado en Instagram por Rachel Ugarte, madre de Lucy, mostrando a la adorable pareja.
Su primer encuentro ocurrió cuando un herrador atendía las patas de Brooke. La Sra. Ugarte sintió el impulso de alzar a Lucy, entonces de apenas una o dos semanas, para mostrarle los dulces ojos de la yegua.
Fue un momento «¡Increíble!», le dijo la Sra. Ugarte a The Epoch Times.
«Pensé: ‘Es un momento milagroso’, pero luego siguió pasando», dijo. «No es algo aislado. Simplemente disfrutan estar juntas».
La madre cree que Lucy ya es una chica de caballos. La Sra. Ugarte también lo fue. Ver a su hija desarrollar la misma pasión (aunque sus dos hijos mayores no lo hicieron) le parece realmente especial.
Brooke no es un caballo cualquiera. Esta yegua talentosa de 14 años disfruta su jubilación con los Ugarte, pero en su apogeo fue campeona mundial de 3 años en el circuito Paint Quarter Horse Pinto.
Ahora, en la granja familiar de North Port, Florida, Brooke es la princesa del establo desde hace siete años.
Tiene «un corazón genuinamente bueno» y «un gran deseo de agradar», afirma la Sra. Ugarte, añadiendo que Brooke solía estresarse cuando sus dueños se frustraban o decepcionaban. «Me encantaría decir que todos los caballos son así, pero no es cierto. Algunos son temperamentales o buscan problemas constantemente».
«Entrenaba caballos profesionalmente y conocía a Brooke y sus dueños. Viajé con ellos a exhibiciones y entrené a su hija, luego tuve mis hijos y tomé un descanso».
Desde que Lucy olió por primera vez el «aliento de caballo», la Sra. Ugarte notó que su hija solo quería abrazar, tocar, sostener y montar a la yegua.
Se ven casi a diario. Cuando mamá sale a alimentar a los caballos, Lucy corre a la puerta gritando: «¡Caballos, caballos, Brooke, Brooke, Brooke!».
Así se convirtió en un ritual entrañable. Llegan al establo de Brooke. Los aromas de paja, caballos y establo llenan el aire. Mamá levanta a su hija. Brooke espera expectante. Lucy abraza a Brooke. Lucy besa a Brooke. Brooke cierra los ojos, espantando moscas mientras se abrazan. Un momento íntimo entre caballo y niña.
Esta es la escena que presenciamos mientras la Sra. Ugarte nos habla.
«Lucy lo adora, y Brooke le devuelve ese amor», afirma Ugarte.
Con el tiempo, Lucy incluso comenzó a guiar sola al enorme caballo, que la sigue tranquilamente por la granja.
Aunque Brooke demuestra confianza y extrema gentileza, como si supiera que está con una pequeña y se queda quieta, la madre de Lucy graba a la pareja desde un punto intermedio, lista para intervenir ante cualquier imprevisto
«Tuvimos un hombre con un gran tractor ayudándonos a talar unos árboles muertos», cuenta la madre. «Ese no es un día en el que voy a dejar Lucy abrazar a Brooke».
Cuando el primer video se publicó en internet, se volvió viral. En Facebook, la página familiar, Dreaming Tree Farms, tenía inicialmente pocos seguidores, pero tras publicar el video de Lucy abrazando a Brooke, alcanzó cerca de un millón de visitas.
«Pensé: ‘Bueno, hay que dar a la gente lo que quiere. Publicaremos más videos'», dijo Ugarte. «Me demostró que la gente realmente quiere ver cosas felices, dulces y amables».
Mira a la adorable pareja:
(Cortesía de Dreaming Tree Farms)
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