Una pareja de Arizona que decidió combinar sus finanzas después de casarse descubrió que tenía una deuda total de 52,000 dólares. Se pusieron manos a la obra para pagarla lo antes posible y liquidaron la gigantesca deuda en solo 18 meses. Hoy comparten sus consejos sobre cómo lo hicieron y creen que cualquier persona que se encuentre en la misma situación también puede hacerlo.
Deacon Hayes, de 40 años, y su esposa Kim, de 41, son de Phoenix y actualmente viven en Scottsdale, Arizona, con sus dos hijos: Finn, de 7 años, y Avery, de 5. Kim es ama de casa, y Deacon es propietario del blog de finanzas personales Well Kept Wallet.
Después de casarse en 2008, Deacon dijo a The Epoch Times que se dio cuenta de que la deuda de consumo combinada de él y su esposa, de 52,000 dólares, consistía en tarjetas de crédito, un préstamo de coche y préstamos estudiantiles.
«Pensábamos que era normal pedir un préstamo para tener lo que queríamos», explicó. «Cuando quisimos irnos de luna de miel, lo cargamos a una tarjeta de crédito; cuando quise un coche más nuevo, lo financié; cuando los dos quisimos ir a la universidad, pedimos préstamos para ayudar a pagarlo».
Deacon admite que ni él ni Kim sabían manejar bien el dinero, pero decidieron hacer frente a sus deudas unidos. Durante ese tiempo, Deacon trabajaba como vendedor de suelos de madera y Kim era profesora de historia en un instituto de Phoenix. Juntos ganaban unos 70,000 dólares al año y tenían unos gastos de unos 4,000 dólares al mes.
«Lo primero que hicimos fue elaborar un presupuesto», explica Deacon. «Necesitábamos tener una imagen de dónde estábamos, para saber qué pasos teníamos que dar para mejorar nuestra situación financiera».
Como «gran aficionado a aprender de personas que han tenido éxito en su campo», Deacon recurrió a libros de Dave Ramsey, Ron Blue y Howard Dayton en busca de ideas. Le inspiró el método de la «bola de nieve de deudas» promovido por Ramsay. Siguiendo este método, Deacon y su mujer hicieron una lista de todas las deudas, de menor a mayor, y destinaron todo el dinero extra que tenían a pagar primero la deuda más pequeña.
«Una vez saldada esa deuda, destinábamos el dinero que estábamos pagando a la siguiente», explica. «El dinero se convertía en una bola de nieve y, por lo tanto, teníamos más y más dinero para destinar a una sola deuda cada vez que pagábamos una deuda».
La pareja también fue «muy intencional» sobre su plan de pago de la deuda. Deacon imprimió un rastreador de deudas y lo colgó en la nevera como recordatorio tangible, consiguió un segundo trabajo como repartidor de pizzas para las noches de la semana y los fines de semana, y cambió su caro coche por un modelo de segunda mano más barato, ahorrando 400 dólares al mes en gastos y erradicando 17,000 dólares de deuda.
Además, Deacon empezó a visitar ventas de garaje los fines de semana, en busca de gangas que pudiera comprar y revender con beneficio por Internet. Kim y él redujeron el número de comidas en restaurantes, y cuando salían a comer fuera cambiaban sus pedidos habituales de bebidas por agua.
«Otra forma de recortar gastos fue llamar a nuestros proveedores de servicios actuales y pedirles una oferta mejor», explica Deacon. «Pudimos llamar a nuestro internet, teléfono celular y seguro».
Entre los ingresos extra que obtuvieron y la venta del coche de Deacon, la pareja pudo destinar 1000 dólares al mes, a veces más, al pago de su deuda. Durante ese tiempo, también recibieron un reembolso de impuestos de 4000 dólares que se destinaron directamente a pagar la deuda.
A la pareja le encantaba ver sus progresos sobre el papel. Su entusiasmo dio un impulso constante a su objetivo, y en solo 18 meses habían pagado la totalidad de la deuda de 52,000 dólares.
Sin embargo, el proceso no estuvo exento de dificultades. Durante ese período, el tanque de agua caliente de su condominio se rompió, pero por suerte, Deacon y Kim ya habían comenzado a ahorrar en un «fondo de emergencia». Gracias al ahorro, también aprendieron a evitar la tentación de las tarjetas de crédito, por lo que pudieron pagar este gasto en efectivo.
«Cuando pagamos por primera vez nuestra deuda de consumo, lo celebramos ahorrando dinero en efectivo para pagar un viaje a Hong Kong, Singapur e Indonesia», cuenta Deacon. «Fue un viaje increíble en el que nos sentimos tan bien sabiendo que podíamos pagarlo con dinero en efectivo, y no tuvimos que preocuparnos por pagar los intereses de las tarjetas de crédito».
A los cinco años de estar libre de deudas, Deacon dijo a Insider en 2015: «Hoy, Kim y yo tenemos unos 20,000 dólares reservados para la jubilación, además de nuestro fondo de emergencia de 15,000 dólares. También tenemos otros 5000 dólares designados para viajes y regalos, para que no nos sorprendan los baby showers y los cumpleaños. Lo que es más, después de pagar significativamente la hipoteca de nuestro condominio, lo vendimos a finales de 2014».
Entre su capital y unos 8000 dólares extra ahorrados en ese momento, la pareja pudo dar un 20 por ciento de entrada a una nueva casa familiar más grande.
Deacon cree firmemente que la clave para pagar las deudas es replantearse cómo pagamos las cosas.
Dijo a The Epoch Times: «Uno de los mayores errores que veo es que la gente piensa que la única manera de tener algo es pidiendo dinero prestado. Lo sé, porque yo también solía pensar así. Sin embargo, lo que he descubierto es que suele haber muchas otras opciones para conseguir lo que uno quiere en la vida.
«Por ejemplo, si quieres ir a la universidad, hay miles de oportunidades de becas y subvenciones. Si quieres un coche mejor, no tiene por qué ser nuevo… si quieres irte de viaje, búscate un trabajo extra y gana unos cientos de dólares más al mes para poder ahorrar y pagar en efectivo».
Para cualquiera que intente saldar su deuda, Deacon aconseja:
1. Crear un presupuesto para comprender plenamente su situación financiera.
2. Identificar las áreas en las que se puede recortar si se está gastando más de lo que realmente se ingresa.
3. Conseguir un trabajo a tiempo parcial para acelerar el proceso.
Y añade: «Uno de los mejores consejos que recomiendo es mantener reuniones periódicas para revisar el presupuesto. Al principio, Kim y yo nos reuníamos casi una vez a la semana para asegurarnos de que íbamos por el buen camino. Si necesitábamos ajustar algo, era el momento».
Incluso los pequeños cambios dan grandes resultados a largo plazo, dice Deacon, y añade: «Hay esperanza, sea cual sea tu situación financiera».
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