Cada año, una pareja de Pensilvania organiza una sesión de fotos de calendario para sus perros Terranova: nada menos que nueve personajes grandes, peludos y gentiles.
Hasta ahora, «The Newf Crew» hizo fiestas en la piscina, el conejo de Pascua, el día de San Patricio y temas de San Valentín, entre otros.
Sus trabajadores dueños son Mackenzie Makatche y T.J. Czapp, ambos de 31 años, del condado de Delaware. Makatche estudia logopedia y Czapp es enfermero de urgencias; ambos tienen una agenda muy apretada, pero se las arreglan para que sus preciadas mascotas vivan lo mejor posible.
Makatche empezó a tomar fotos humorísticas de sus terranovas como forma de honrar a su querida madre, que lamentablemente falleció a causa de un cáncer de colon en fase 4. La pareja, que ahora está comprometida, empezó a marcar los calendarios al año siguiente, las ventas ayudan a sufragar algunos de los gastos de tenencia de perros que la madre de Makatche había cubierto anteriormente, y el gasto puede ser considerable.
«Tras el fallecimiento de mi madre, las fiestas fueron bastante deprimentes, pero a ella siempre le había encantado ver las fotos de grupo, así que me motivó a intentar que cada una fuera mejor que la anterior», dijo Makatche a The Epoch Times.
«Las sesiones de fotos empezaron siendo muy pequeñas: creo que sólo llevaban moños de su reciente cita con la peluquería. Con el tiempo, decidí que quería hacer tarjetas de Navidad, y a partir de ahí fue creciendo».
En general, los perros son muy cooperativos. Las sesiones fotográficas se planifican para que tengan un tiempo agradable, y el equipo tiene tiempo para quemar algo de energía antes.
«Tomamos tantas fotos delante de nuestro garaje», dijo Makatche, «que ahora empiezan a formarse solos».
El «equipo» creció a lo largo de varios años, sobre todo gracias al amor de Makatche y su madre por la raza y los perros en general.
En orden ascendente de edad, están Betty, el bebé de 1 año de la familia; Duncan, de 4 años; Belle, de 6; Oliver, de 7; Aisling, de 7; Storm, de 8; Skyy, de 8; Murphy, de 11; y Guinness, que con 12 años es la mayor.
«Guinness es muy tranquila y ama a los niños por encima de todo», dice Makatche. «Lo que más le gusta son los rasguños en el trasero».
Makatche creció con Huckleberry: «el perro más dulce y fácil de llevar».
Huckleberry falleció a los 13 años, y durante años a la familia le costó plantearse la posibilidad de tener otro Terranova, pero como se enamoraron de la raza, acabaron trayendo a casa a Guinness. Después vinieron todos los demás, excepto la pequeña Betty, que la madre de Makatche no llegó a conocer.
Su madre soñaba con tener un grupo de perros de terapia, y ella y Makatche planeaban empezar de cero con Belle. Sin embargo, poco después de tomar la decisión, a su madre le diagnosticaron un cáncer de colon en fase 4. Dejando su trabajo para convertirse en cuidadora a tiempo completo, Makatche ayudaba a su madre en silla de ruedas y hacían clases de adiestramiento juntas. Dos años después, y un mes antes de que su madre falleciera, añadieron a Duncan.
«Trabajar con él y con el resto del equipo es lo que me hizo seguir adelante mientras superaba mi dolor», dijo.
Estos adorables perros Terranova tienen una gran personalidad y aportan alegría a la pareja cada día. También requieren mucho trabajo y organización: adiestramiento, aseo, cumplimiento de rutinas y mantenimiento de suministros.
«Cuidar de ellos es un trabajo a tiempo completo», dice Makatche, «y gestionar sus necesidades además de ser estudiante de posgrado es aún más difícil». Los Terranova son una raza maravillosa, pero asegúrese de investigar bien antes de considerar la posibilidad de añadir uno a su familia».
Makatche está trabajando actualmente para hacer realidad la idea de su madre de crear una organización de perros de terapia sin ánimo de lucro, combinando el sueño de su difunta madre con su propio objetivo de convertirse en logopeda. Prevé utilizar a la tripulación como perros de terapia en el futuro, trabajando en escuelas o en consultas privadas.
Para Makatche, el equipo es la representación física del vínculo que les queda, su madre estaría increíblemente orgullosa.
«Fueron la fuerza motriz que me sacó de la cama y me mantuvo en pie durante el duelo tras su muerte», dijo la hija. «Mientras pueda atender sus necesidades y seguir dándoles la vida que se merecen, haría cualquier cosa por tener siempre un ‘equipo’ mientras viva».
¿Y asistirá The Newf Crew a su próxima boda, resplandeciente en abrigo y traje de cola?
«Me gustaría poder decir que sí», dijo Makatche, sonriendo, «pero después de muchas deliberaciones decidimos que sería mejor mantenerlos en casa y en su rutina».
«Por un lado, sería muy caro transportarlos a todos y tener gente que los cuide todo el día. Además, estaría demasiado estresada, queriendo asegurarme de que todos fueran felices y estuvieran cuidados, y no disfrutaría. Si están en casa con una niñera, sé que estarán libres de estrés».
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