En otoño del año pasado, mientras practicaba footing con su perro, un hombre se sorprendió cuando su mascota, que normalmente no se separa de él, salió corriendo de repente hacia un parque cercano. Confundido por su extraño comportamiento, fue a investigar qué había causado esa salida precipitada.
Will Green, de 36 años, alcanzó a su perro rescatado, Cokie, y se sorprendió al encontrar en un rincón del parque lo que parecía ser un perrito de raza foxhound abandonado yaciendo miserablemente en un charco de barro, con un aspecto casi muerto. El demacrado canino tenía el pelo cubierto de barro después de la lluvia helada de la noche anterior, y parecía inmóvil por el cansancio y la desnutrición.
Will sacó agua y comida de su auto, que estaba estacionado cerca, y la alimentó. La perrita recuperó las fuerzas y pudo levantarse y caminar hasta un banco cercano, donde Will examinó por segunda vez su estado de salud.
Pese a su mal estado, la perrita fue bastante amistosa, movió la cola y se acercó al hombre que le había tratado con amabilidad.
«Estaba muy maltrecha, así que llamé a Gabrielle y acordamos que lo mejor sería llevarla al veterinario inmediatamente», dijo a The Epoch Times, refiriéndose a su esposa, que es enfermera. «Es horrible que alguien pueda hacerle esto a un perro. Tenía cortes por todo el cuerpo y estaba tan demacrada que estaba a punto de morir. Los foxhounds siempre son maltratados, pero este fue un nuevo nivel de bajeza».
A Will, músico oriundo de Baltimore, le encanta viajar y comparte sus paseos con su esposa. Ambos se encuentran actualmente en Columbia, Carolina del Sur.
Indignados por la injusticia cometida contra esta desafortunada perrita, a la que llamaron Lucy, decidieron adoptarla como su segunda mascota. «Gabrielle y yo siempre hemos sido amantes de los animales, así que fue increíble poder ayudar a una chica tan dulce», dijo Will. «Y de hecho ahora vive con mis suegros».
(Cortesía de William Green)
La pareja la llevó de inmediato al veterinario. Comprobaron que es una foxhound americana de unos 4 ó 5 años; el abandono había debilitado su salud. Con un peso de unos 9 kilos, Lucy tenía contusiones y cortes en las patas y el vientre; padecía gusanos del látigo y del corazón y tenía la enfermedad de las garrapatas.
Le llevó meses recuperarse, pero después de visitar al veterinario y recibir los cuidados, Lucy se convirtió en una perrita mucho más sana y feliz.
«Fue un largo proceso de recuperación. Desafortunadamente, tuvimos que mantenerla muy tranquila durante meses debido a los medicamentos que tomaba, ¡pero lo hizo muy bien!» exclamó Will. «¡Sin embargo, está muy contenta de estar al cien por ciento ahora!».
Lucy también se hizo amiga de Cokie, que la cuida.
(Cortesía de William Green)
«Adora a Lucy y parece que quiere protegerla las 24 horas del día», dijo Will sobre la amistad que surgió entre los dos perros. » ¡Es absolutamente un encanto y ahora es la mejor amiga de Cokie!».
Ahora, con una nueva vida, Lucy recuperó su salud; pesa más de 18 kilos y tiene un aspecto adorable, mueve la cola y saluda cariñosamente a todos los integrantes de la familia cuando están cerca.
Will anima a otras personas a que, del mismo modo, abran sus puertas a otros animales necesitados: «Hay millones de animales maltratados y sin hogar ahí fuera. Sea un buen ser humano y vaya a rescatar uno hoy mismo. Con un poco de paciencia, cambiarán su vida para bien en todos los sentidos».
(Cortesía de William Green)
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