Una perrita que posiblemente habría muerto en la profundidad de una cueva fue rescatada por un grupo de espeleólogos que examinaban un sistema de cuevas en Misuri a inicios de este mes. Tras desaparecer misteriosamente, la familia del can había perdido las esperanzas de verla nuevamente.
Gerry Keene, experimentado espeleólogo de 59 años, estaba en una exploración en las cuevas de Tom Moore, en Perry, Misuri, cuando su linterna iluminó la silueta de un animal que nunca había visto en sus aventuras en las cuevas: un perrito.
Keene había bajado alrededor de 500 pies bajo tierra con un grupo que incluía algunos niños, cuando vio una bolita peluda sobre una fría y húmeda roca. Tan débil estaba el pobre que era incapaz de siquiera mover la cola y menos emitir un ladrido de ayuda.
«Nos dimos cuenta de que sería difícil sacarla porque estaba demasiado débil para caminar», dijo Keene al Washington Post.
Luego tomó una fotografía para salir de la cueva y pedir ayuda.
Mientras Keene esperaba a los bomberos, Rick Haley, otro apasionado de las cuevas que para ese momento ya había recorrido 2000 pies de túneles, se ofreció para regresar a la cueva con él y rescatar al asustado can.
«No se sabe cuánto tiempo estuvo allí, pero sabíamos que teníamos que sacarla […] Si no lo hacíamos, moriría allí», dijo Haley, de 66 años. «Sería una escalada vertical difícil para sacarla. Pero estábamos preparados para ello».
Antes de bajar a la cueva Keene se dio el tiempo de mostrar la fotografía del perrito a los vecinos más cercanos de la zona. Sorprendentemente, uno de ellos la reconoció, se llamaba Abby y estaba perdida desde el 9 de junio, ¡dos meses atrás!
«Caminó por el vecindario tocando puertas, mostrando una foto en un teléfono, ‘¿Oye, este es tu perro?», dijo Haley en entrevista a KFVS12.
De regreso en la cueva los hombres tuvieron la idea de llevar una bolsa de lona para colocar a Abby y sacarla de forma segura.
«Saqué la bolsa, abrí el cierre, puse una manta y el perro se acercó y se sentó en la bolsa», dijo Haley. «Porque el perro reconoció que ‘esto es lo más seco, cálido y suave que he visto en mucho tiempo y me voy a acostar'».
Keene y Haley se fueron pasando a la perrita de mano en mano por los estrechos pasadizos, pero Abby permaneció tranquila, como si supiera que eran sus ángeles salvadores.
Jeff y Kathy Bohnert, los dueños de la perrita de 14 años dijeron que cuando desapareció pensaron que «probablemente no regresaría o que se había lesionado y no podía regresar». Abby desapareció una tarde mientras jugaba con el otro can de la familia en el campo.
El día del rescate Jeff fue avisado acerca de un grupo de espeleólogos que encontró a su amada mascota dentro de la cueva ubicada a dos millas de distancia de su hogar, así que esperó paciente a que los expertos en cuevas convertidos en rescatistas salieran de las profundidades.
Abby llegó a la familia Bohnert siendo una cachorra, y era inseparable de Rachel, quien que entonces tenía 8 años.
«Todos estamos muy agradecidos con estos dos muchachos que la sacaron», dijo la familia al Washington Post, y agregó que Abby se recuperó poco a poco comiendo caldo de pollo en raciones pequeñas, mientras su estómago se acostumbraba a recibir comida otra vez.
«Si no fuera por nuestros proyectos en la cueva ese fin de semana, nunca habríamos encontrado a ese perro», dijo Haley. «Cuando mi cabeza tocó por fin la almohada esa noche, me dormí con una sonrisa en la cara».
Misuri, conocido como el estado de las cuevas, cuenta con 7300 cuevas registradas que son parte de un sistema de túneles de alrededor de 22 millas.
¡Increíble que los espeleólogos hayan encontrado a Abby!
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