El 20 de junio, el Departamento de Policía Metropolitana de Indianápolis (IMPD) recibió un aviso sobre dos perros (un pitbull y una pastor alemán) y un gato abandonados en un auto sin aire acondicionado, con las ventanillas apenas abiertas. Permanecieron allí casi tres horas con temperaturas exteriores superiores a 90 grados Fahrenheit.
Al llegar al hotel Intown Suites, donde se encontraba el vehículo, los agentes hallaron la llave dentro. Lamentablemente, el pitbull ya había fallecido, la pastora jadeaba intensamente y mostraba signos de agotamiento extremo, mientras el gato se aferraba a la vida.
El oficial de seguridad pública, Sam Poe, comentó a The Epoch Times que, según los testigos, la pastor alemán tocaba el claxon e intentaba romper la ventana con su nariz para escapar.
Para Poe, ver a un animal perder la vida así resultó «emotivo». «Nos conmueve… Aunque trabajemos para la policía, seguimos siendo humanos», expresó.
Cuando el agente Poe vio por primera vez a la pastora alemana, antes llamada Sugar y ahora Abby, ya estaba en la parte trasera de una camioneta de control animal.
«Jugué un poco con ella para conocerla», dijo. A pesar de su angustia, Abby se mostró «muy dulce, dócil y curiosa».
Conmovido por el carácter amable de la perra, Poe, con tres años en la fuerza policial, preguntó en control animal si podía adoptarla. Anotaron sus datos y, tras cinco días de espera, pudo llevarla a casa.
«Ella me eligió más que yo a ella», afirmó Poe. «Definitivamente no fui a trabajar pensando en llevarme un perro a casa, ni siquiera intentaba adoptar uno. Simplemente ocurrió».
Al cambiarle el collar a Abby, Poe supo que «estaba en su hogar definitivo».
Curiosamente, los compañeros de piso de Poe estaban fuera de la ciudad cuando llevó a Abby a casa, así que no pudo informarles.
«Cuando se enteraron por las noticias, al principio pensaron: ‘Genial, tenemos un perro’. Pero al conocer a Abby, se enamoraron de ella», relató.
Parece que no son los únicos. Cuando la historia se compartió en internet, Poe comentó: «Todos se están enamorando de ella más que yo».
Desde su llegada a su nuevo hogar, la antes descuidada canina se adaptó perfectamente.
«Ayer estuvo todo el día sentada fuera y en el porche, disfrutando de la vida», contó Poe al momento de escribir este artículo.
«Duerme siempre que puede y juega con sus juguetes».
La casa ya alberga cuatro gatos y Abby ha encajado perfectamente.
Según los medios, los anteriores dueños de los animales, una mujer de 74 años y un hombre de 53, fueron detenidos y trasladados a la cárcel del condado de Marion. Se les acusa de crueldad animal.
Mientras tanto, el gato rescatado se encuentra en adopción.
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