Perrita husky revive a una gatita a punto de morir y ahora son inseparables

Por The Epoch Times
18 de abril de 2024 4:52 PM Actualizado: 18 de abril de 2024 4:52 PM

En las calles de San José, California, una pequeña vida pendía de un hilo. Rosie, una gatita de apenas tres semanas, había sido rescatada en un estado crítico: enferma, desnutrida y casi al borde de la muerte. Su salvadora, Thi Bui, cofundadora del refugio sin fines de lucro Mini Cat Town, tomó una decisión desesperada para preservar esa luz titilante: dejar a la minúscula felina al cuidado de su husky siberiana, Lilo.

«Casi no sobrevive a la primera noche, ni siquiera con cuidados las 24 horas del día. Nuestra linda gatita estaba aletargada y sin fuerzas, aunque cuidáramos de ella constantemente», relató la señora Bui en su cuenta de Instagram, lilothehusky.

(Cortesía de Lilo the Husky)

Pero entonces, un milagro comenzó a gestarse. Lilo, lejos de mostrarse indiferente, se convirtió en la madre sustituta que Rosie tanto necesitaba. «Después de juntarlas, Lilo se mostró muy atenta, la lamía para limpiarla después de las comidas e incluso dejaba que Rosie mamara de ella, aunque no tuviera leche», reveló la señora Bui a The Epoch Times.

Semana tras semana, la gatita se fortaleció gracias a los tiernos cuidados de su improbable madre adoptiva. Cuando finalmente se recuperó por completo, Bui y su equipo buscaron un hogar definitivo para ella, pero la conexión entre Rosie y Lilo era demasiado especial para separarlas.

«Habría sido cruel separar el amor que se tenían», admitió Bui a The Dodo. «Creo que fue en junio de 2015 (en el Día Nacional de las Patatas Fritas) cuando anunciamos oficialmente su adopción».

(Cortesía de Lilo the Husky)

A partir de ese momento, Rosie se convirtió en un miembro permanente de la peculiar manada, integrándose a las aventuras de Lilo y sus otros dos compañeros husky siberianos. En su primer paseo juntos, la pequeña gatita lideró el camino con su correa, marcando el inicio de una amistad inquebrantable.

A medida que crecía, Rosie adoptaba cada vez más rasgos caninos, persiguiendo su cola, disfrutando los viajes en auto e incluso aprendiendo trucos como «chocar las manos» y traer juguetes. «No ladra», aclaró Bui con una sonrisa, «pero sabe hacer trucos caninos».

(Cortesía de Lilo the Husky)

Con el tiempo, la personalidad de Rosie floreció, volviéndose atrevida, curiosa e inteligente. Una valiente felina que no teme avisar cuando algo no le gusta con un mordisco de advertencia o un manotazo. «Tampoco le gusta que la abandonen, y vocaliza su descontento si la dejamos en casa», agregó su dueña.

Hoy, con 11 y 9 años respectivamente, Lilo y Rosie han evolucionado de madre e hija a las mejores amigas. Una amistad que las une en las siestas, los juegos y las aventuras al aire libre como el senderismo, el kayak y el paddleboarding.

(Cortesía de Lilo the Husky)

Pero más allá de su vínculo especial, Rosie ha encontrado una nueva misión: cuidar a los nuevos gatitos que llegan al refugio, ¡tal como Lilo lo hizo con ella!

Gracias a la compasión de Bui y al corazón abierto de Lilo, una vida al borde del abismo encontró un nuevo comienzo y un hogar donde prosperar. Un recordatorio de que, a veces, los lazos más duraderos nacen de los lugares más inesperados.


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.