Una indefensa perrita que estaba a punto de ser sacrificada porque se quedó sin sus cuatro patas, fue salvada gracias a veterinarios de Rusia que lograron poner 4 prótesis en sus extremidades.
Monica, una perrita mestiza, fue encontrada en diciembre de 2020 en las calles de Plastunóvskaya, en Krasnodar del sur, Rusia, casi a punto de morir y, además, en condiciones de abuso extremas: el pobre animal tenía las patas mutiladas.
Marina Gapich, una activista de los derechos de los animales de Krasnodar, fue alertada del extremo caso.
“Mi vecino me llamó y me dijo que el mestizo indefenso ha estado tirado en el suelo frío durante dos semanas y se niega a comer”, dijo Gapich al medio local RG.
Temiendo que la perrita no sobreviviera una noche más, Gapich y su amiga Alla Leonkina rápidamente la llevaron a una clínica veterinaria local, donde los veterinarios lucharon por su vida. Afortunadamente el animalito despertó después de 10 días, pero era evidente que no volvería a correr en 4 patas.
Para un perro es muy difícil sobrevivir sin una de sus extremidades, y en muchos casos son sacrificados. Aunque hay algunos que se pueden mover con una silla con ruedas adaptada o arrastrarse sobre su vientre, la realidad era que a Monica le faltaban las 4 patas, y en la clínica les aconsejaron dejarla ir.
Gapich y Leonkina dijeron a CNN que pasaron “noches de insomnio” cuidando a la peludita, y que no estaban de acuerdo en terminar con la vida de Mónica. Afortunadamente, el pueblo de Krasnodar —que se enteró del triste caso— estuvo de acuerdo en buscar una esperanza para Mónica, y encontraron una luz de esperanza en Sergei Gorshkov, un veterinario de la clínica Best, en Novosibirsk, Rusia.
En 2016, Gorshkov instaló prótesis en las cuatro extremidades de Ryzhik, un gato que perdió sus miembros debido a congelamiento. El mismo caso aplicó para Dymka, otro minino, y ambos casos resultaron un éxito. Las “patas de titanio” para gatitos fueron creadas por veterinarios y científicos de Tomsk, de acuerdo a RG.
Gapich y Leonkina se dieron a la tarea de recaudar el dinero para poder enviar a Mónica a la clínica Best y pudiera recibir sus cuatro prótesis.
“El caso fue difícil”, dijo Gorshkov. “Nadie ha realizado este tipo de prótesis antes. La tomografía mostró que los huesos del animal están muy deformados. Además, el peso del perro es significativamente mayor que el del gato. Pero decidimos arriesgarnos”.
Y lo consiguieron. Después de solo 10 días de recuperación, ¡Mónica dio sus primeros pasos!
“Cada día se mueve más y con más confianza, sus piernas se curan bien”, expresó la emocionada Gapich. “¡Sergei Sergeevich es un verdadero mago!”.
Debido a lo grave del caso, en Krasnodar se abrió un caso penal por el abuso a Mónica, sin embargo, el culpable nunca fue identificado.
Después de casi morir, hoy a la peludita comenzaron a llamarla —de broma— la primera perrita robot del mundo. Finalmente tuvo una oportunidad más de vida gracias a unas decididas jóvenes y al buen corazón de los que escucharon y apoyaron.
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