Un perro abandonado tras ser atropellado encontró su hogar permanente en el Reino Unido.
Boris, un perro de 12 años, estaba casi sin vida cuando lo encontraron al borde de la carretera en Rumania. El perro rescatado recibió atención médica antes de ser acogido por Sally Keen, de 40 años, que vive en Pershore, Worcestershire, Inglaterra.
Sally, madre de uno niño, se sintió destrozada cuando vio la imagen de Boris cubierta de sangre y quiso darle todo el amor que se merece.
Sally dijo: «Tengo una debilidad por los perros que nadie más quiere. Así que cuando vi a Boris, que originalmente se llamaba Onyx, cubierto de sangre mientras estaba en la mesa del veterinario, quise ayudarlo».
«Pensé que era un pobre perro y no creí que lograra sobrevivir. Estaba muy mal y no se podía ni mover».
«Seguí su viaje por Internet y no se rindió», añadió. «Tenía las probabilidades en su contra porque se había roto la mandíbula y su columna vertebral se había dañado, haciendo que no pudiera mover sus extremidades. Pero no estaba listo para marcharse».
Después de tres meses de recuperación, Boris estuvo listo para un viaje de dos días para conocer a su nueva familia.
«Cuando llegó, estaba bastante delgado y era muy tímido», dijo Sally, que también es peluquera de perros.
«Desconfiaba de la gente calva».
«Pero ahora, es como un perro completamente diferente. Cada día está más joven», dijo.
Boris fue rescatado por Amicii Dog Rescue, una organización benéfica con sede en el Reino Unido que ayuda a perros necesitados en Transilvania, Rumania occidental.
Decidieron que Sally sea una cuidadora adoptiva de Boris, porque es posible que necesite un tratamiento continuo debido a sus lesiones.
La organización benéfica recaudó más de 200 libras esterlinas (273 dólares estadounidenses) para pagar la cirugía para rellenar un agujero en su boca.
Sally dijo: «Lo sometieron a dos operaciones porque perdió sus dientes delanteros, lo que dejó un agujero que subía hasta su cavidad nasal, eso no era bueno porque la comida se podía atascar en sus vías respiratorias».
«El veterinario estaba preocupado de si no lograrían arreglarlo, por suerte pudieron hacerlo, de lo contrario habría provocado una infección».
«Tiene algunos problemas con su columna vertebral porque fue atropellado, por lo que la organización benéfica pagó la fisioterapia en Rumania antes de su regreso».
«Era muy robótico cuando llegó pero ahora corre, especialmente si escucha la lata de galletas, está ahí como un tiro».
Sally ha ayudado a varios perros «en el final de la vida», y dice que es muy gratificante.
Ella dijo: «Es súper triste tener que decir adiós a los perros pero es bueno saber que les ayudé a vivir su mejor vida antes de morir».
«Mi hija Dalila, de ocho años, también lo considera gratificante».
«Ella ama a Boris y está feliz de que podamos darle una segunda oportunidad».
La agencia Caters News contribuyó con este artículo.
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