Los residentes de la ciudad filipina de Sibonga fueron testigos de un doble milagro de Navidad el año pasado, gracias a un cuidadoso motociclista y a un perro que de repente empezó a ladrar sin parar.
Junrell Fuentes Revilla, de 36 años, iba en su moto la mañana de Nochebuena cuando un perro callejero negro empezó a ladrarle. Él motociclista se detuvo para prestarle atención al mensaje del perro, quien lo dirigió hacia un bulto cerca de un vertedero de basura.
El bulto resultó ser un bebé recién nacido que dejaron abandonado envuelto en una toalla, estaba llorando, con el cordón umbilical y la placenta todavía pegados, reportó Cebu Daily News.
Revilla actuó rápidamente y llevó al bebé al Hospital Comunitario Deiparine, reportó la Oficina de Protección de Mujeres y Niños (WCPD) del Departamento de Policía de Sibonga.
El bebé recibió tratamiento y ahora está a salvo bajo el cuidado del Departamento de Bienestar Social y Desarrollo. La policía inició una investigación, y además le pidió a los residentes de Sibonga, a 50 kilómetros al sureste de la ciudad de Cebú, que facilitaran cualquier información que ayude a identificar a la madre, reportó el Cebu Daily News.
Aunque al inicio de la investigación, todos pensaban que el adorable y heroico perro era cajellero, un grupo de rescate local, Hope For Strays, localizó al perro y descubrió que es uno de los 10 cachorros de un conocido cuidador de animales de la localidad, Kuya Lyndon.
El fundador de Hope For Strays, Gea Chei Ybarita, dijo a The Epoch Times que fue necesario poner al bebé en aislamiento durante dos semanas debido a la pandemia. Después del tiempo de cuarentena, el niño fue dado de alta del hospital y quedó al cuidado de la asistencia social de Sibonga MSWDO.
Ybarita dijo que aún continúa la investigación para localizar a la familia del bebé.
Hope For Strays compartió que su organización funciona con recursos muy limitados, solo cuentan con una bicicleta para sus emprendimientos sociales. Sin embargo, el grupo de rescate no dudó en asociarse con @pawssionproject para organizar un evento de recaudación de fondos para la familia de Blacky con la esperanza ayudar a esta increíble familia «por haber criado un perro tan inteligente y amigable».
El grupo de rescate publicó en Facebook que el dueño de Blacky dijo que aunque su familia tiene dificultades financieras, se asegura de alimentar a todos sus perros y cuidarlos bien.
El equipo les regaló alimentos por valor de 10,000 pesos filipinos (207 dólares estadounidenses), dos sacos de arroz, suministros para mascotas por valor de 5000 pesos filipinos (104 dólares estadounidenses) y 5000 pesos filipinos de ayuda monetaria para la familia.
«Esto demuestra que la familia de Blacky lo compasiva y amable», escribió el grupo de rescate. A «Kuya Lyndon se le aguaron los ojos y no podía expresar su agradecimiento».
«Esto nos recuerda a todos que los perros (…) también pueden salvar vidas».
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