Un golden retriever que recorrió 40 millas desde su nuevo hogar hasta el de sus dueños que lo entregaron está ahora felizmente instalado con su familia adoptiva.
Cooper, el golden retriever, caminó asombrosamente durante 27 días por campos, bosques y carreteras principales, desde Dungannon (condado de Tyrone) hasta Tobermore (condado de Londonderry), en Irlanda del Norte.
El increíble viaje de este cachorro comenzó «una hora después» de ser rescatado de un refugio canino donde también habían entregado a su hermano. El fotógrafo Nigel Fleming, amante de los animales, acababa de traer a casa al «muy simpático e inteligente» perro rescatado el 1 de abril, cuando se escapó de repente.
Clare, voluntaria de la organización benéfica Lost Paws Northern Ireland, explicó a The Epoch Times que Fleming se puso en contacto con ellos para ayudar a localizar al perro.
El equipo se movilizó para ayudar a salvar a Cooper, instalando comederos vigilados por cámaras en zonas donde se había informado de avistamientos, haciendo llamadas puerta a puerta en esas zonas y publicando mensajes en redes sociales.
Hicieron carteles y empezaron a colocarlos en las zonas en las que Cooper había desaparecido y en las que había sido visto.
«Nuestro equipo de búsqueda física dedicó muchas horas a rastrear los campos en los que creíamos que Cooper podía haber estado, mientras que nuestro equipo de búsqueda en línea se puso en contacto con numerosas empresas locales, tanto por teléfono como por correo electrónico, para concienciar a la gente sobre Cooper en la medida de lo posible», dijo Clare.
Más de tres semanas después de la desaparición de Cooper, Lost Paws recibió una llamada telefónica de una persona que reconoció al perro, diciendo que el cachorro había sido visto en Tobermore. La organización benéfica informó a Fleming, que inmediatamente fue a buscarlo. Finalmente, Cooper fue encontrado y se reunió con su familia adoptiva el 27 de abril.
«Una vez que estuvo a salvo y todo se hubo asentado», cuenta Clare, «nos dimos cuenta de que había recorrido 65 km por los campos durante esos 27 días y había acabado de nuevo en su dirección anterior. Realmente no nos lo podíamos creer».
Increíblemente, aunque había perdido mucho peso, el golden retriever estaba afortunadamente «ileso y en relativamente buenas condiciones», teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que estuvo fuera, completamente solo.
Fleming contó a BelfastLive que adoptó a Cooper pensando que sería una buena compañía para su golden retriever Molly. «Sentí que [a Molly] le encantaría tener un compañero canino y encontré a Cooper y a su hermano George en una perrera.
«Me habría encantado llevarme a los dos, pero tres grandes Goldens habrían sido demasiado para mí y al final fue literalmente tirar una moneda al aire lo que decidió a cuál me llevaría a casa: fue a Cooper».
Aunque pudo confirmar que el perro tenía microchip, Clare dijo que sabían muy poco sobre las circunstancias que llevaron a que Cooper fuera realojado.
«Intentamos centrarnos en la maravillosa nueva familia de Cooper», dijo Clare, añadiendo que el cachorro se encuentra ahora estupendamente y se lleva de maravilla con su nueva hermana, Molly.
«Su familia empezó inmediatamente a cuidarlo, a ayudarle a ganar peso y a adaptarse a su nuevo hogar. Es un chico muy bien cuidado y querido. … Esta historia puede parecer triste al principio, pero creo que es muy importante recordar que en realidad se trata de un final muy feliz. Su familia no lo abandonó ni un segundo, y eso es lo que realmente nos importa».
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