El Departamento de Policía de Nueva York ha optado por perros.
Así es, los perros han llegando a la policía de Nueva York. Durante los últimos dos años y medio, el departamento ha contratado a tres adiestradores, cada uno con un perro altamente entrenado, para asistir a oficiales, a sus familias, a víctimas de delitos o a cualquiera que necesite el consuelo de un perro en un momento de angustia.
Los policías de las zonas urbanas ven lo peor de la sociedad, casi a diario. Presenciar repetidamente escenas de crimen e interactuar con el peldaño más bajo de la sociedad puede afectar a cualquiera y, a menudo, a los policías les resulta difícil procesar todo lo que presencian. A algunos les resulta igual de difícil admitir ante los demás que necesitan ayuda para lograrlo.
Para eso está el Sector de Salud y Bienestar. Este fue creado en agosto de 2019 y es una gran ayuda para cualquier empleado de la policía de Nueva York en crisis.
Suicidios
Hace varios años, la tasa de suicidios entre los oficiales de la policía de Nueva York era alarmantemente alta, con un promedio de cuatro por año. Ese número aumentó a 10 en 2019.
“Más oficiales mueren por suicidio que los que mueren en el cumplimiento del deber anualmente en Estados Unidos”, dijo a The Epoch Times el comisario Mark Wachter, oficial al mando del Sector de Salud y Bienestar.
“Tuvimos que analizar las diferentes políticas que teníamos y realmente tuvimos que comenzar a enfocarnos en el bienestar de nuestros policías” a través de nuevas políticas e iniciativas, ya que las que había hasta ese momento “no estaban funcionando”, dijo.
Se reunió un grupo de trabajo y se creó el Sector de Salud y Bienestar. El Departamento de Policía ya contaba con una Unidad de Asistencia al Empleado que había existido desde la década de 1970. En 2019, ésta se convirtió en una de las varias unidades que dependen del Sector de Salud y Bienestar.
La EAU (Unidad de Asistencia al Empleado) tiene 400 empleados en su programa de apoyo entre compañeros, que hacen un doble rol como policías y consejeros y están capacitados en prevención del suicidio, resiliencia y depresión.
La policía de Nueva York tiene 35,000 teléfonos inteligentes utilizados para combatir el crimen. El Sector de Salud y Bienestar utiliza una aplicación a la que todos los oficiales y empleados civiles tienen acceso en su teléfono. Los recursos del Sector (incluidos consejeros, capellanes y miembros de apoyo entre compañeros) están disponibles en la aplicación, que fue creada por la policía de Nueva York.
“Están literalmente a un dedo de distancia”, dijo Wachter. “Pueden llamarlos, enviarles mensajes de texto, enviarles un correo electrónico las 24 horas del día. ¿Alguien tiene una crisis? Están ahí».
Wachter estima que su gente recibe 5500 solicitudes por año, con 40 a 50 por mes en «la medianoche», que es el turno que generalmente tiene la mayor actividad.
Entonces, ¿por qué los perros?
Una de las razones es que todavía vemos un tabú con la enfermedad mental y a alguien que lo necesita puede resultarle difícil o incluso imposible pedir ayuda a otra persona. Pero si esa otra persona tiene un perro tranquilo y amigable en sus pies, y ese perro está entrenado para aceptar caricias sin ninguna reacción adversa, el perro puede ayudar a que la persona necesitada tome confianza con esa otra persona de apoyo.
Hay tres entrenadores, cada uno con un perro de asistencia, en la EAU. Theresa Mahon, Ron Thomas y Efrain Hernandez son todos policías, consejeros de compañeros y adiestradores.
“Estos perros actúan como un rompehielos”, dijo Thomas a The Epoch Times.
A veces, los adiestradores se presentan en la «llamada», que es una sesión informativa al comienzo de cada turno, y hacen que los perros lleven a cabo algunos «mandatos» o trucos, lo que ayuda a tranquilizar a los oficiales. Esto da la oportunidad de hablar con los entrenadores, que cambiarán de rol y fungirán como consejeros de sus colegas policías, en caso de que alguno de ellos tenga un problema del que quiera hablar.
“Estos perros son los mejores para romper el hielo y dar paso a una conversación”, dijo Thomas.
Tragedia de enero
Los perros de asistencia no son únicamente para la prevención del suicidio . Están de guardia para cualquier crisis que ocurra.
En enero de este año, dos agentes de la policía de Nueva York recibieron disparos en el cumplimiento de su deber y uno murió en el hospital unas horas después.
«Un sargento lo comunicó por radio, ′Haga que la EAU responda′. Eso significa que lo que estamos haciendo está funcionando», dijo Thomas. Él llegó al hospital de Harlem con su perro, Piper.
“En su mayoría, lo que vi es que la gente solo quiere consolarse acariciándolos y no tener que decir nada”, dijo Thomas. “La gente quería acercarse a ellos, acariciarlos, salir de esa situación por un minuto y llorar con el perro, acariciarlo y consolarse con él. Como digo, no tienes que hablar de nada cuando estás acariciando a un perro”.
La noche y el día siguiente del tiroteo, Thomas dijo que “cientos de policías” acariciaron a los dos perros, lo que a su vez ayudó a aliviar la ansiedad y el estrés que sentían.
El segundo oficial murió unos días después y hubo dos velatorios y funerales separados para ellos en la Catedral de San Patricio en las semanas siguientes. Piper, Jenny y el tercer perro de la unidad, Glory, estuvieron disponibles los cuatro días para las familias y sus compañeros del Departamento.
En el velorio de PO Jason Rivera, su viuda y su cuñado se sentaron en privado detrás del altar acariciando a Jenny por un rato.
Cachorros tras las rejas
Los perros de asistencia de la policía de Nueva York fueron entrenados por presos, a través de una organización sin fines de lucro llamada Puppies Behind Bars (cachorros tras las rejas). En el programa, cada perro comienza su entrenamiento alrededor de las ocho semanas de vida y vive con su entrenador encarcelado durante unos dos años.
Después de eso, los futuros adiestradores reciben un entrenamiento de 14 días en la prisión. Eso significa que los policías están literalmente en una prisión, interactuando con los reclusos.
“Es intimidante”, dijo Thomas, pero agregó: “[Los reclusos] fueron extremadamente profesionales y comprensibles” y “fue una experiencia extraordinaria”.
El acuerdo real
Cada perro de la EAU tiene documentación que confirma que está totalmente certificado y cumple con la Ley de Estadounidenses con Discapacidad. Cada uno lleva un arnés con parches bordados que lo identifican como perro de terapia del Departamento de Policía de Nueva York en la Sección de Salud y Bienestar.
Los tres perros, todos de color amarillo y de raza labrador, pueden ejecutar 54 órdenes, entre ellas «chocar los cinco» y «saludar».
«Cuéntame una historia»
Otra orden es “cuéntame una historia”, en el que una persona puede estar sentada en el suelo y el perro gatea hasta su regazo, recostándose sobre ella. Esta orden es efectiva cuando la víctima es un niño y puede tener dificultades para explicar lo que sucedió a un detective. El niño podría decírselo al perro, sin ningún adulto a la vista, pero con uno escuchando fuera de la vista del niño. Los perros de la policía de Nueva York aún no se han utilizado en esta situación, pero la orden “cuéntame una historia” se ha utilizado para consolar a las víctimas.
Mahon recordó los momentos en que Piper “literalmente había sollozado” cuando consolaba a alguien que estaba pasando por un trauma.
El futuro
La EAU comenzó con dos perros durante la gestión del alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio. Inmediatamente después de asumir el cargo, el alcalde Eric Adams dio luz verde a un tercero. Wachter anticipa un cuarto perro para fin de año.
Mientras tanto, Piper, Glory y Jenny continúan haciendo el trabajo entre ellos. Como dijo Thomas: «No hay mejor herramienta que podamos utilizar que estos K-9 para crear un puente entre nosotros y las personas que podrían necesitar ayuda».
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