Jack Pytel, un estudiante de 18 años de la escuela secundaria de Texas, salió a pescar la noche del 1 de febrero de 2020, cuando hizo una increíble pesca: un pejelagarto de 7 pies y 5 pulgadas (2,27 m) de 190 libras (aprox. 86 kilos). El joven de Needville, Texas, le dijo a KTRK, «Estaba planeando atrapar un pez gato. Ni siquiera traje mis cosas para pescar un pejelagarto esa noche».
Mientras pescaba en el río Brazos con su novia y un amigo de la escuela, Pytel sintió un gran mordisco que le hizo saber que algo enorme estaba al otro lado. «Llamé a mis amigos para que me ayudaran a pescarlo», le comentó a la KPRC. «No me di cuenta de lo que era hasta que después de media hora saltó del agua».
Después de una batalla de media hora con el pez gigante, Pytel finalmente logró pescarlo y estaba muy orgulloso de su excepcional captura. «Es realmente genial atrapar cosas como esas, algo tan antiguo, también, y prehistórico», señaló. Una impresionante foto compartida por la estación de noticias muestra a Pytel y al pez acostado en el suelo uno al lado del otro, el pez claramente es el más largo de los dos.
Esa noche, Pytel tenía hígado de pollo en su línea como cebo para el pez gato que esperaba atrapar, pero el tirón en el otro extremo le hizo darse cuenta de que tenía un adversario mucho más grande. Sintiendo el tirón del anzuelo, Pytel le preguntó a su novia si quería intentarlo. «De hecho, le di la caña por un minuto, traté de que luchara y ella expresó ‘no, esto es demasiado para mí'», aseguró.
Si bien Pytel sabía que había algunos pejelagartos verdaderamente enormes por allí, algunos de los cuales pueden alcanzar hasta 8 pies (2,4 m), el tamaño de este espécimen le sorprendió. «He capturado uno de alrededor de seis y medio (1,90 m), pero nada que supere los siete», admitió. El récord estatal de peso para capturas como la de Pytel, con una caña y carrete en un barco de agua dulce de propiedad estatal, fue de 279 libras (aprox. 127 kg) y se estableció en 1951, por la División de Parques y Vida Silvestre de Texas.
En cuanto al destino del pez, Pytel a menudo libera sus capturas de nuevo en el arroyo o el río, pero este era demasiado especial para dejarlo escapar. «La novia de mi amigo se llevó al pejelagarto con nosotros y lo cocinamos», mencionó Pytel, añadiendo que «su carne es bastante sabrosa».
El pejelargato puede vivir tanto en agua salada como en agua dulce, pero prefiere esta última. Estos antiguos peces con dientes gigantes como agujas son vitales para la salud de las aguas de Texas. Como los tiburones en los sistemas marinos, este pez ayuda a mantener un número saludable de muchas otras especies. El pejelagarto se alimenta principalmente de peces como el búfalo, la carpa y el sábalo».
Los ancestros del pejelagarto: «se han encontrado en los depósitos pérmico como fósiles de hace 215 millones de años, lo que los convierte no solo en uno de los peces más antiguos, sino también en verdaderos texanos nativos», añade TPWD. Este pez único es la especie de pez de agua dulce más grande y más longeva del estado. Los pejelagartos no representan ningún riesgo para los humanos. El TPWD explica: «Los dientes de pejelagarto están diseñados para sujetar y someter a la presa, no para desgarrarla en trozos del tamaño de un bocado como los tiburones».
Al contrario de su aterrador tamaño e imagen, los pejelagartos son bastante dóciles y solo se vuelven agresivos cuando los pescadores los pescan. Pueden ser difíciles de capturar por los medios tradicionales porque, según el TPWD, a menudo son «lentos o indecisos para tragar un cebo». Si algo está mal o sienten resistencia, a menudo se caer del cebo».
Aunque Jack Pytel no es un especialista en pejelagartos, ciertamente quiere probar su valor contra otro de las mismas proporciones, o incluso más grande. «Espero hacerlo y voy a pescar más», exclamó el joven.
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