En la mayor captura de su vida, el pescador Ditch Ballard pescó en un río español un monstruoso siluro que pesaba la asombrosa cifra de 222 libras. El siluro, de unos 8.2 pies (2.5 metros) de largo —casi la longitud de un coche pequeño— arrastró el barco del pescador británico casi una milla río abajo mientras él luchaba por agarrarlo.
Ballard, que dirige la empresa de vacaciones de pesca Ebro Mad Cats en el sur de Cataluña, estaba pescando carpas una noche gélida en pleno invierno cuando detectó que su caña se había doblado. En una publicación de Facebook, Ballard describe su asombrosa experiencia:
«Con una temperatura del aire de 3 grados bajo cero, la sensación térmica era realmente insoportable aquella noche de enero. Estaba pescando carpas, ¡pero la curvatura de la pequeña caña de 3 metros sugería que probablemente estaba atado a un siluro!».
El fuerte tirón del sedal fue tal que el experto pescador desató su embarcación y se lanzó a lo largo del río Ebro, en persecución de lo que sabía que debía de ser una criatura sencillamente enorme. Tal era la excitada prisa de Ballard, que ni siquiera se detuvo a tomar el sombrero o los zapatos del bivvy (refugio de la embarcación). Dadas las gélidas temperaturas, fue un «gran error», dijo.
La hora siguiente fue insoportable, cuenta Ballard, porque una vez que la adrenalina inicial disminuyó y sus músculos se fatigaron, su temperatura corporal empezó a descender.
«Me encontré agazapado en el fondo de la barca tratando de sujetarme mientras temblaba sin control», relató a sus seguidores, describiendo a continuación el pánico que sintió cuando pensó que el sedal podría romperse, y luego el alivio que sintió al ver que había alcanzado su presa. La noche era oscura y Ballard se dio cuenta de lo lejos que había sido arrastrado río abajo.
Tras esforzarse por ponerse los guantes congelados, el pescador empezó a recoger su captura.
«Necesitaba que esta batalla terminara de una forma u otra, así que tiré con todo lo que me quedaba», dijo. «Cada vez que el pez huía casi perdía un dedo, ya que para entonces mis manos estaban tan frías que no hacían realmente lo que mi cerebro les decía».
Si el sedal se hubiera roto en ese momento, Ballard habría salido despedido hacia el agua helada, pero finalmente, por fin, el enorme monstruo de 8 pies de largo salió a la superficie y Ballard consiguió poner la mano sobre su enorme mandíbula.
«Estaba agotado física y mentalmente, pero tenía que dar un último empujón para asegurarme el premio», decía Ballard en la publicación, que iba acompañada de una foto suya sonriendo con su asombrosa captura.
«Ha sido la mayor batalla de mi carrera como pescador, ¡pero no se la deseo a nadie!», decía con buen humor.
La publicación obtuvo miles de «me gusta» y comentarios, y algunos usuarios se preguntaban qué había sido del enorme pez después de pesarlo y fotografiarlo. Afortunadamente, según informes como el de Outdoor Life, Ballard devolvió el siluro al agua, ileso.
Puede que el siluro de 222 libras fuera un monstruo, pero no es el más grande que se ha capturado. El récord lo tiene el pescador Attila Zsedely, que pescó un ejemplar de casi 135 kilos en el río Po de Italia en 2010.
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