Estas interminables dunas de arena que se extienden hasta el horizonte pueden hacerle pensar que se ha adentrado en el Sahara. Sin embargo, con innumerables lagunas azul turquesa que se entrelazan como cintas esmeralda entre cada valle de arena, más allá de lo que los ojos pueden ver, la vista es bastante extraterrestre.
Pero se trata de un lugar de nuestro planeta Tierra.
Extremadamente singular, Lençóis Maranhenses es en realidad un parque nacional en el estado de Maranhão, en el noreste de Brasil, que abarca 43 millas (70 kilómetros) de la costa atlántica. Las interminables dunas de arena de Lençóis Maranhenses pueden parecer un desierto, pero con sus 47 pulgadas de lluvia por año, está lejos de serlo. Oficialmente los desiertos reciben menos de 10 pulgadas de lluvia por año.
Las dunas de arena de Lençóis Maranhenses son causadas por otro fenómeno natural. Los dos ríos Parnaíba y Preguiças, al sur de Lençóis Maranhenses, bajan la arena desde el interior hasta el océano, donde es depositada; así es como normalmente se forman las playas. Sin embargo, a lo largo de los siglos, el viento arrastró esa arena tierra adentro hasta 50 kilómetros (31 millas) para crear gradualmente estas dunas masivas que pueden alcanzar hasta 40 metros (130 pies) de altura.
Por lo tanto, la rara ubicación obtuvo su nombre, Lençóis Maranhenses, que en brasileño significa las «sábanas de Maranhão».
Sus espectaculares lagunas que parecen tan irreales y fuera de lugar, son un fenómeno perenne. Durante la temporada de lluvias, entre enero y junio, las lluvias torrenciales hacen que los espacios entre las dunas se llenen de agua para crear miles de lagunas cristalinas. Una capa subyacente de roca impermeable evita que el agua drene. La vista parece tan surrealista, como si se tratase de una pintura de Salvador Dalí, y tan suave que atrae a decenas de miles de visitantes por año.
El mejor tiempo para visitar son entre los meses de julio y septiembre. Viajando a la ciudad cercana de Barreirinhas, a unos 50 minutos al sur de Lençóis Maranhenses, los visitantes pueden alquilar un cuatro por cuatro para manejar en el accidentado terreno y recorrer el parque, aunque los vehículos tendrán que ser transportados a través de un río y vadear varios más para llegar su destino. Algunas de las lagunas pueden abarcar 300 pies de largo y alcanzar 10 pies de profundidad. Las temperaturas anuales en Lençóis Maranhenses varían de 26 a 28.5 grados Celsius (79 a 83.3 grados Fahrenheit) en promedio.
Los turistas pueden nadar en las acogedoras aguas con temperaturas promedio de entre 23 y 27 grados Celsius (81.5 a 90 grados Fahrenheit). O simplemente disfrutar de la arena cálida y del increíble paisaje asombroso. Destacan las famosas lagunas Azul y Bonita para visitar, aunque es recomendable viajar con un guía, ya que uno puede perderse fácilmente entre las onduladas colinas de arena y las interminables piscinas.
Lençóis Maranhenses tampoco está desprovisto de vida salvaje. Tanto los oasis de restinga como los de manglares albergan ecosistemas locales, mientras que puede encontrar al pez lobo nadando en las aguas tibias a las que llega desde los ríos cercanos. Cuando las lagunas se evaporan durante la estación seca, los peces lobo se vuelven inactivos y se entierran en el lodo donde sobreviven hasta que las lluvias retornan.
Durante la estación seca, las altas temperaturas hacen que estas lagunas desaparezcan gradualmente a un ritmo de aproximadamente 3 pies (1 metro) por mes. Las maravillosas vistas de las lagunas de Lençóis Maranhenses entonces se desvanecen hasta que regresan las lluvias en la próxima temporada pluvial.
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