El puma Messi lleva una vida fantástica con sus dueños humanos, Sasha y Masha, en su casa de Rusia. Pero si la joven pareja no hubiera adoptado a Messi de un zoológico de mascotas cuando tenía un año, las cosas habrían sido muy diferentes para el gran felino.
Sasha de 42 años, y Masha de 33, descubrieron que Messi vivía en el zoológico ruso y salvaron al gran felino de una dura existencia. Les dijeron que el puma tenía algunos problemas de salud y que necesitaría cuidados adicionales. Conscientes del compromiso que suponía, consiguieron negociar un precio por él, y ahora es el querido gato mayor de la familia, junto con su guepardo, Gerda.
Messi es uno de los tres cachorros nacidos en 2015 en el zoológico de Saransk, en Penza; los cachorros fueron bautizados con nombres de futbolistas famosos, ya que Saransk fue propuesta para ser una de las ciudades sede de la Copa Mundial de la FIFA 2018; Messi fue bautizado en honor a Lionel Messi.
El regio pero increíblemente dulce Messi está especialmente unido a Sasha. «Messi tiene una conexión especial con Sasha», dijo Masha a The Epoch Times. «Son inseparables. Ambos no pueden vivir el uno sin el otro».
Los videos compartidos en línea del llamativo Messi han acumulado millones de visitas. Sus aventuras diarias probando nuevos juguetes y aperitivos, jugando al escondite y acurrucándose con las personas que mas lo quieren han cautivado los corazones de todo el mundo.
El día típico de la familia comienza a las 5 de la mañana, cuando Messi se levanta y pide salir a pasear o simplemente viene a mostrar su amor. «Ronronea y lame a Sasha, se apoya en él con todo su cuerpo y se frota contra él», cuenta Masha.
La pareja se turna para levantarse a dar de comer a Messi y Gerda, y para sacarlos a pasear. Después, Sasha y Masha desayunan y se van a trabajar, mientras su puma y su guepardo duermen todo el día. Sin embargo, por mucho que Messi duerma profundamente, cuando Sasha sale de casa, se levanta de un salto y se pone a buscar sin descanso a su querido humano.
Hace casi tres años, Sasha y Masha se mudaron de su apartamento en la ciudad con sus animales a una casa con espacio al aire libre y más espacio. A menudo reciben ofertas para realojar a Messi en un bosque o una reserva, pero el estado de salud del puma le impide vivir al aire libre en la naturaleza. Además, Messi es comparativamente mucho más pequeño que la media de los pumas en libertad.
Extremadamente cariñoso, Messi nunca muerde ni destruye los muebles. Adora que le acaricien y come una dieta de carne equilibrada. «Messi es como un niño para nosotros. Es un miembro de la familia. Da alegría simplemente con su presencia en nuestras vidas», dice Masha. «También es un amigo verdadero y leal».
Sin embargo, la pareja advierte que no es aconsejable que otros adopten a un gran felino, ya que pueden ser peligrosos y afirman que la naturaleza de Messi es única. «Todos los que han tenido experiencia con gatos depredadores —tigres, leones y leopardos— nos dicen que un animal con ese carácter nace una vez cada 100 años», dijo Masha.
«Es un diamante raro».
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