En un rincón de Inglaterra, una historia de amor incondicional floreció de la manera más inesperada. Todo comenzó cuando Khaya Castagnoli visitó el refugio Mistley Animal Rescue y sus ojos se cruzaron con los de un chihuahua anciano cuya lengua sobresalía de forma peculiar. Fue amor a primera vista.
«En realidad, no fui al refugio con la intención de adoptar un perro, pero me enamoré de Don Pepe y no pude dejarlo», le confesó Khaya a The Epoch Times. El pequeño can había llegado al refugio en 2020, pero su gracia singular no parecía cautivar a los visitantes… hasta que Khaya posó su mirada en él.
«Me dijeron que estuvo en el refugio durante 5 meses antes de que lo adoptara y que no había habido mucho interés en él debido a su lengua», reveló Khaya.
Pero para ella, esa lengua colgante no era más que un detalle encantador que hacía a Don Pepe aún más especial. «Ellos no estaban seguros de su procedencia, pero le dijeron que no parecía haber vivido antes en una casa… ¡suponían que había estado en una jaula!», sentenció la mujer.
A pesar de su avanzada edad y su peculiaridad física, Don Pepe se las arreglaba muy bien para disfrutar de las delicias culinarias. «No le cuesta mucho comer… pero a veces le cuesta», explicó Khaya con cariño. «Si hay algo duro como galletas, a veces se las ablando».
Este chihuahua tiene sus comidas favoritas y, aunque se le dificulta ingerir algunas, es muy perseverante para darse un festín. «Le encantan los guisantes y todas las verduras verdes», contó su nueva dueña agregando que aunque “los guisantes le resultan difíciles porque ruedan mucho, ¡nunca deja de intentarlo!».
Desde el día en que Khaya lo llevó a su nuevo hogar, Don Pepe no ha dejado de iluminar los corazones de quienes lo rodean. «La gente siempre se ríe cuando lo ve y se queda fascinada con su lengua. ¡Siempre hace sonreír a la gente!».
Mira en video la hermosa vida de Pepe:
Video cortesía de Khaya Castagnoli
En su cálido refugio, Don Pepe encontró no solo una familia amorosa, sino también dos amigos de aventuras: «Tengo otros dos perros, Tula (17) y Spud, ambos rescatados», compartió Khaya, dejando en evidencia su gran corazón por los peludos desafortunados.
Gracias al amor incondicional de Khaya, este anciano chihuahua encontró un hogar donde pasar sus últimos años rodeado de cariño y compañía. Una historia que demuestra que la verdadera belleza reside en el alma, y que un gesto de bondad puede cambiar por completo la vida de un ser indefenso.
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