Cuando un rinoceronte negro de 6 meses perdió a su madre por causas naturales, quedó expuesto a cazadores furtivos y depredadores. Gracias a la determinación de sus rescatistas, se salvó y ahora ha creado un vínculo adorable con sus cuidadores.
Apolo, que ahora tiene 4 años, se pasa el día dándose largos baños de barro, durmiendo la siesta bajo su árbol favorito y deleitándose con arañazos en la espalda mientras espera a tener edad suficiente para ser devuelto sano y salvo a su hábitat natural.
El viaje de Apolo con Sheldrick Wildlife Trust (SWT) comenzó allá por septiembre de 2019, cuando un equipo con sede en Nairobi, estaba llevando a cabo un patrullaje aéreo de antiguos escondites de cazadores furtivos junto con la Unidad Canina de SWT.
El piloto de helicóptero Andy Payne recibió una llamada de emergencia del Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS, por sus siglas en inglés) notificándole que el guardián principal del Parque Nacional de Tsavo West necesitaba ayuda urgente para rescatar a una cría que había sido vista junto a su mamá muerta, una conocida rinoceronte negra llamada Amoy.
El equipo de rescate tuvo que actuar con rapidez, pues temían que la cría se molestara y huyera demasiado lejos de su madre.
«Lo que siguió fue una emocionante carrera a través de Tsavo West mientras la astuta cría nos daba vueltas durante varios kilómetros», escribió SWT en una publicación de Facebook. «Gracias a los incansables esfuerzos de muchos, trabajando en tierra y aire, finalmente pudimos rescatar al pequeño Apollo».
El rinoceronte fue trasladado en helicóptero a la guardería de neonatos Kaluku de SWT, donde le esperaban los cuidadores más experimentados de la fundación.
A Apollo le pusieron varias inyecciones, incluido un tranquilizante, ya que sus niveles de estrés eran «extremos».
«Empezó a calmarse y muy pronto estaba mamando un biberón de líquidos rehidratantes que sin duda necesitaba después de las enormes distancias que había recorrido», dijo la fundación.
No hace falta decir que la primera noche fue agitada para todos los que se preocupaban por el rinoceronte huérfano. Sin embargo, al segundo día, Apolo dejó que sus cuidadores le frotaran la barriga con una escoba, un «truco probado» para ganarse a los rinocerontes.
«Se tomaron su tiempo para ganarse su confianza», dijo un representante de SWT a The Epoch Times, «y pronto abrazó a su nueva familia».
Poco después, Apolo ya seguía a sus cuidadores a todas partes, disfrutaba sorbiendo su biberón y saboreando sus baños de barro creados especialmente para él.
Aunque hay otros animales huérfanos en Kaluku, como elefantes, jirafas, antílopes y otras criaturas pequeñas, Apollo prefiere seguir su propio horario cada día en compañía de sus cuidadores.
«A diferencia de los elefantes, que viven en manada, el rinoceronte negro es más solitario por naturaleza. Suele seguir su propio ritmo», explica un representante de SWT a The Epoch Times. «Esto refleja cómo será su vida en la naturaleza, pero sin cuidadores, claro».
Aunque son muchos los cuidadores que ayudan a Apolo, éste comparte un vínculo muy fuerte con dos en particular, Justus y King’oo, ambos especializados en el cuidado de rinocerontes huérfanos.
A medida que crece, va adquiriendo dos de los rasgos más fuertes de los rinocerontes: reserva y terquedad.
Mientras tanto, las actividades favoritas de Apolo incluyen disfrutar de un largo baño de barro y dormir la siesta bajo su árbol baobab favorito.
«También tiene una roca especial en la que se rasca todas las mañanas», dijo el representante de SWT.
En su cuarto cumpleaños, Apolo disfrutó de un relajante baño de barro y de los arañazos de sus cuidadores.
En cuanto al futuro de Apollo, SWT afirma que se reintegrará en las poblaciones de rinocerontes negros salvajes de Tsavo.
«Se trata de un proceso gradual, ya que los rinocerontes son muy territoriales y un nuevo miembro debe ser introducido lentamente, especialmente un nuevo macho», dijo el representante.
SWT, conocida sobre todo por criar y rescatar a elefantes y rinocerontes huérfanos, ha criado con éxito a 17 rinocerontes huérfanos. Solio, que se crió en su guardería de Nairobi y ahora vive en libertad como madre de dos crías, visitó recientemente la guardería con su bebé y su cría mayor a cuestas.
La organización sin ánimo de lucro está increíblemente agradecida a todos los que dedican su tiempo a salvar al pequeño Apollo.
«Cada vida de rinoceronte es preciosa, sobre todo si tenemos en cuenta que en Kenia quedan poco más de 900 rinocerontes negros», afirma SWT en una publicación de Facebook.
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