En un mundo donde a menudo nos falta fe en la humanidad hay historias que reavivan la esperanza. Con su brillante traje azul y verde, un superhéroe está salvando las calles de México, pero no con superpoderes, sino con superamor por los peludos desamparados.
Tras perder a su fiel compañero canino, un joven mexicano transformó su dolor en una apasionada misión: salvar a decenas de perritos callejeros disfrazado como un superhéroe. Así comienza la inspiradora historia de Zadrig Man , el justiciero que lucha por dar un hogar a los animalitos más necesitados.
La aventura de este joven héroe comenzó con una promesa hecha a su inseparable compañero Duke antes de que falleciera. Pero aunque no pudieron concretar ese sueño compartido, la partida de su querido can solo fortaleció la determinación del joven y, lleno de convicción, salió a las calles.
«Salí al centro de la ciudad, con el traje. Iba con miedo, estaba nervioso porque no sabía cómo iba a reaccionar la gente», le dijo el joven a The Epoch Times.
«Regresando a casa lloré de alegría, de felicidad, por la aceptación de la gente, y porque había cumplido la promesa que había hecho a Duke, de hacer realidad el personaje», recordó con emoción.
Y vaya que lo hizo realidad. Desde que salió por primera vez con su colorido traje en Morelia, Zadrig Man se ha convertido en un faro de esperanza para los animales callejeros.
Desde entonces, este superhéroe de brillante sonrisa ha rescatado cientos de animalitos, utilizando sus propios recursos y llegando a realizar hasta tres rescates por día. Con infinita ternura, se encarga de llevarlos al veterinario, cuidarlos en su propia casa o con colaboradores, y finalmente encontrarles un hogar permanente lleno de amor.
Cada rescate es una aventura conmovedora, pero una historia en particular ha marcado profundamente el corazón de Zadrigman: la de un perrito que falleció en sus brazos después de dos días de cuidados intensivos. «Aunque el animalito falleció debido a un químico que lo quemaba por dentro, lo cuidé con mucho amor», recuerda con tristeza.
Pero incluso en los momentos más desgarradores, Zadrig Man encuentra fuerzas para seguir adelante, impulsado por el recuerdo de Duke y la promesa que le hizo. «En dos o tres ocasiones he estado a punto de no continuar, pero al final recuerdo que lo hago por Duke», confesó.
Y no solo son los animales los que se benefician de su incansable labor. A través de videos y visitas a escuelas, Zadrig Man siembra semillas de compasión en las mentes y corazones de los más pequeños. «Me ven como un superhéroe», dice con humildad, «aunque yo solo me considero un personaje, pero los pequeños constantemente me quieren imitar y me animan a nunca dejar de ayudar a los peludos».
En un mundo donde a veces prevalece la indiferencia, Zadrig Man es un recordatorio viviente de que el amor y la compasión pueden cambiar vidas, una patita a la vez. Su sueño es ambicioso pero noble: «Disminuir o terminar con el maltrato hacia los animales, aunque sé que es una labor que posiblemente me rebase en vida».
Con su determinación inquebrantable y su corazón tan grande como su sonrisa, este superhéroe ya está logrando algo más grande que salvar animalitos: está rescatando nuestra fe en la bondad humana. «Hay que amar a todos los animales por igual, y no solo a ellos, también a las personas […] venimos a la Tierra a ayudar, a servir, sin esperar nada a cambio, eso es lo mejor de la vida», reflexionó sabiamente Zadrig Man.
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