Una cría de alce que se metió en serios problemas tras subirse a un hidroavión, protagonizó un conmovedor rescate. Un hombre de Alaska y dos agentes de policía se convirtieron en los improbables salvadores de una adorable cría de alce, rescatándola de las garras de una «muerte segura» en las frías aguas del lago Beluga, en Homer, Alaska.
La mañana del viernes 14 de junio parecía normal para Spencer Warren, empleado de Destination Alaska Adventure Co., quien llegó temprano al trabajo para preparar un hidroavión. Pero el destino tenía otros planes. Un extraño sonido, que al principio confundió con el canto de un pájaro, lo llevó a descubrir una escena complicada: una cría de alce atrapada entre los flotadores del hidroavión y el muelle, luchando desesperadamente por sobrevivir.
«Oh, amigo, ¿dónde está mamá?», fue el primer pensamiento de Warren, consciente del peligro que representaba una madre alce protectora. Y allí estaba ella, a escasos metros, con otra cría, observando impotente cómo su bebé luchaba por su vida.
La situación era crítica. La cría resbalaba una y otra vez, incapaz de encontrar apoyo en los resbaladizos flotadores metálicos. «Es como una pista de hielo para el alce y sus pezuñas», describió Warren, su voz cargada de preocupación. «Resbalaba y resbalaba y no podía levantarse».
Consciente de que cada segundo contaba, Warren no dudó en pedir ayuda. La policía de Homer respondió al llamado, y lo que siguió fue una operación de rescate que puso a prueba el ingenio y la valentía de todos los involucrados.
En un inteligente movimiento, un agente utilizó su patrulla como barrera entre la madre alce y el hidroavión, permitiendo que Warren y otro oficial se acercaran a la cría en peligro. Con cuidado y determinación, lograron sacar al exhausto bebé del agua y ponerlo a salvo en el muelle.
Pero el momento más emotivo estaba por llegar. Tras ayudar a la cría a ponerse de pie, los rescatistas presenciaron un reencuentro que derritió corazones: la madre, aliviada, se acercó a su bebé y comenzó a lamerlo tiernamente, secando su pelaje empapado con amor maternal.
Warren, conmovido hasta las lágrimas, capturó este precioso momento en video, inmortalizando un acto de bondad que trasciende las barreras entre especies.
El teniente Ryan Browning, de la policía de Homer, resumió el sentimiento de todos los involucrados. Él le dijo a The Associated Press: «Siempre que puedes rescatar a una criaturita, te sientes bien». Sus palabras resuenan con la satisfacción de haber marcado la diferencia en la vida de un ser indefenso.
Esta historia nos recuerda el poder del trabajo en equipo y la compasión. En un mundo a menudo dividido, el rescate de esta cría de alce nos muestra que, cuando nos unimos por una causa noble, podemos lograr milagros.
Mientras la madre alce y sus crías se alejaban hacia la seguridad del bosque, dejaron tras de sí no solo huellas en el muelle, sino también una huella indeleble en los corazones de sus salvadores y de todos aquellos que escuchen esta historia de esperanza y valentía.
Con información de AP
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