En las bulliciosas calles de Bogotá, donde el ajetreo citadino es el telón de fondo constante, una historia conmovedora estaba a punto de tomar forma. Dagoberto Rojas Buitrago, un taxista de corazón compasivo, jamás imaginó que su jornada laboral le deparaba un encuentro que cambiaría su vida para siempre.
Tras recoger a un pasajero con rumbo al centro comercial Plaza Imperial, Rojas Buitrago presenció una escena que lo dejaría perplejo.
«Lo llevé al centro Comercial Plaza Imperial en Bogotá, (…) cuando llegamos al punto el señor se asustó y me dijo: ‘vecino no tengo plata, por favor déjeme aquí, ya vengo'», le dijo el señor Rojas Buitrago a The Epoch Times, reviviendo aquel momento en el que su pasajero desapareció apresuradamente.
Una hora más tarde, decidió inspeccionar los objetos que el hombre había dejado en su vehículo, y lo que encontró le oprimió el corazón: «Me dejó una bolsa de tela en el que había una mascota. Al rato lo saqué, y venía un manual de instrucciones». Allí, en las instrucciones detalladas, se revelaba el cuidado y el amor que alguna vez rodearon a aquel pequeño ser peludo, ahora abandonado a su suerte.
Rojas Buitrago, conmovido hasta lo más profundo de su alma, comprendió que el pasajero no regresaría. Con una determinación inquebrantable, decidió llevar al perrito a su hogar y compartir un video en las redes sociales, esperanzado en que sus dueños originales lo reclamaran. Pero los días pasaron, y nadie respondió al llamado.
(Crédito video: Taxistas zona norte de Bogotá/Dagoberto Rojas Buitrago)
Fue entonces cuando Rojas Buitrago y su familia tomaron la decisión que cambiaría sus vidas para siempre: adoptar al pequeño can al que llamaron cariñosamente Toby el Taxista.
«Decidimos adoptarlo, el veterinario me dijo que tenía entre dos y tres años», afirmó Rojas Buitrago, emocionado. «Hemos seguido las instrucciones y el perrito también las sigue. Es muy educado. Además, él está en perfecto estado, no tiene ningún problema».
La historia de Toby conmovió a cientos de personas en las redes sociales, quienes celebraron el acto de compasión de Rojas Buitrago.
«Excelente que el señor se pudo quedar con el peludito, se ve que tiene un inmenso corazón porque el que quiere y cuida los animales es una excelente persona», comentó un internauta, capturando el sentimiento colectivo.
En un mundo donde el abandono y la indiferencia a menudo prevalecen, la historia de Rojas Buitrago y Toby brilla como un faro de esperanza, recordándonos que aún existen corazones puros dispuestos a abrazar a aquellos que más lo necesitan.
Toby encontró un hogar para siempre, y el joven taxista descubrió que la verdadera riqueza no se mide en bienes materiales, sino en el amor incondicional que se puede brindar a un ser indefenso.
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