La primavera es una época de mucho trabajo para los centros de vida silvestre de todo el mundo, y las historias extrañas como ésta resultan casuales para el personal que trabaja allí.
Lo que parecía un cachorro perdido en el arcén de una carretera resultó ser algo totalmente distinto, después de que alguien cerca de Dover, Massachusetts, pasara por allí y decidiera recoger al adorable cánido.
En algún momento, se dieron cuenta de que potencialmente no era un cachorro y decidieron llamar al Centro de Vida Silvestre del Cabo, en Barnstable, a finales de abril.
Muy pronto, el personal de vida salvaje identificó a la adorable criatura peluda como una cría de coyote.
Examinaron al cachorro —un macho— para comprobar si estaba sano y determinaron que solo tenía unas semanas de edad en ese momento.
Estaba en buen estado, sin heridas ni desnutrición, a pesar de haber sido separado de su madre.
Siempre que sea posible, reunir a las crías perdidas con sus madres es una solución ideal.
«Nos gusta pensar que hacemos un buen trabajo, pero la madre siempre lo hace mejor», dijo Zak Mertz, director del Centro de Vida Silvestre de Cape, a The Epoch Times.
«Si tienes una idea general de dónde está la familia, a veces puedes intentar reunirlos. No teníamos forma de hacerlo. No teníamos confirmación de que la familia estuviera cerca».
La mejor solución sería que el centro minimizara la interferencia humana en su desarrollo, tratara de imitar el entorno natural y le ayudara a desarrollar sus habilidades naturales, con el objetivo final de liberarlo de nuevo en la naturaleza.
Los depredadores de alto nivel, como los coyotes, aportan valor, ya que mantienen los ecosistemas saludables al controlar las potaciones de roedores.
Los coyotes se consideran una especie vectora de la rabia en Massachusetts, dijo Zak. Así que el cachorro fue vacunado y puesto en una breve cuarentena médica.
Para ayudar al coyote a aprender un comportamiento natural, decidieron presentarle a una hembra hermana de la cercana Clínica de Vida Silvestre de Rhode Island.
«Ellos pueden aprender de sus hermanos», dijo Zak. «Hacemos todo lo posible para reproducir una crianza tan natural como podamos, de modo que cuando estén listos para volver a la naturaleza tengan todas las habilidades que necesitan para sobrevivir».
Según Zak, los hermanos tienen una edad muy cercana, ya que la hembra es solo dos semanas más joven, pero le dieron una semana más para que alcanzara su tamaño.
El Centro de Vida Silvestre de Cape publicó una adorable foto del cachorro en Facebook. A mediados de mayo, compartieron una actualización después de presentar a la pareja por primera vez, anunciando que «se llevan de maravilla».
«Fue un poco lento al principio, pero una vez que se sintieron el uno al otro rápidamente comenzaron a vincularse», subtituló el centro. «En poco tiempo estaban luchando y jugando entre ellos, lo que es crucial para su desarrollo normal. Debido a la discrepancia de tamaño aún no los dejamos juntos a tiempo completo, pero pasarán un par de horas al día juntos para que sigan estrechando lazos».
El centro se esfuerza por replicar el hábitat natural de los animales amueblando las jaulas con elementos para trepar, diseñando actividades de enriquecimiento para mantenerlos estimulados y ayudándoles a aprender comportamientos que necesitarán en la naturaleza.
El personal no nombra a sus pacientes ni les habla, por política.
«Son animales muy inteligentes, por lo que en el momento en que se nombra a un paciente… aunque sea de forma subconsciente, el comportamiento del cuidador empieza a cambiar un poco», explica Zak. «No queremos empezar a hablarles, no queremos hacer nada que ponga en peligro su supervivencia en la naturaleza».
Un miedo sano a los humanos les ayudará a seguir vivos.
La vida de un coyote puede ser traicionera en un lugar como los suburbios de Boston, lleno de obstáculos, dijo Zak. Comparten hábitats en los patios traseros de la gente y a lo largo de carreteras muy transitadas. No es raro que las familias de coyotes se separen.
Cinco o seis meses constituyen un tratamiento bastante intensivo en el centro; se prevé que la pareja sea reintroducida en otoño.
Zak compartió un mensaje.
«Estamos en la temporada de crías de animales salvajes, por lo que esta es nuestra época más ocupada del año. Recibimos a veces entre 30 y 40 pacientes al día», dijo. «Si encuentra un coyote joven, o un cachorro joven, o un mapache joven … por favor, llámenos u otro profesional de la vida silvestre antes de intervenir.
«Trabajaremos absolutamente con usted para encontrar la mejor solución para el animal, solo queremos asegurarnos de que un animal sano pueda permanecer en la naturaleza, y los que están heridos puedan ser capturados de una manera segura que pueda tener un final feliz para todos».
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