Un minicaballo y una perrita, que empezaron su vida de forma muy dura, ahora comparten una increíble amistad.
«Ambos fueron rescatados porque empezaron su vida en un mal lugar», dijo Olivia, del Refugio de Granjas Storeybrook, a The Epoch Times. «Creo que eso es muy especial».
Whidbey, una perrita cariñosa, estaba deambulando con su hermano por las calles de Texas cuando los encontraron después de los huracanes de Houston; apenas tenían unas semanas de nacidos. Los hermanos terminaron en un refugio de animales abandonados para sacrificio. Sin embargo, en el momento justo, un refugio de rescate los encontró y los envió a Petfinder.
Olivia y su esposo, que se encontraban en Seattle durante ese tiempo, estaban buscando otro perro. Así que decidieron llevar a Whidbey en avión a Seattle y, desde entonces, la simpática perrita ha estado con ellos.
Olivia, que dirige el Refugio de Granjas Storeybrook en Waterbury, Vermont, lanzó una iniciativa para salvar a los caballos que estaban en corrales de sacrificio y que iban a ser sacrificados después de su primer rescate de caballos en julio de 2020. Dijo que Whidbey, que al principio le tenía mucho miedo a los globos debido a su pasado, comenzó a encariñarse con los animales que llegaban a la granja.
«Ella es como el comité de bienvenida», dice Olivia. «Aunque a los [animales] no les gustan los perros, ella se impone sobre ellos de una manera muy cariñosa».
Entre ellos están todos los caballos, los patitos que nacen y las cabras que hay en la granja.
Dexter, por su parte, era un minicaballo rescatado de un refugio de Oklahoma por Tess Kiritsy en New Hampshire. Tess, que no tiene una granja propia, sino que se encarga de rescatar caballos, conoció a Olivia a través del mundo del rescate.
Dexter estaba entre los 10 mini sementales que se salvaron del corral de matanza a principios de este año.
«Vimos una foto de grupo y, sin duda, él era el más pequeño del grupo», dice Tess.
Cuando Dexter llegó a New Hampshire, su estado sorprendió a todos.
«Era mucho más pequeño de lo que esperábamos», dijo Tess. «Estaba en muy, muy mal estado».
Tess añadió que tenía los ojos cerrados e hinchados y que lloraba con frecuencia. El pequeño caballo, que el veterinario estimó en unos 6-8 meses, estaba cubierto de cardos de la cabeza a los pies, por lo que Tess pasó horas cortándole el pelo de todo su cuerpo.
Además, en esa época, Dexter no sabía lo que era la comida, así que Tess cogía alfalfa y la ablandaba con agua caliente; se la daba con la mano. Incluso, Tess le compró a Dexter un enorme peluche de Walmart para que lo abrazara, porque se sentía muy solo.
En las siguientes semanas, Dexter recibió un tratamiento de limpieza y curación a su ojo. Sin embargo, Tess sintió que Dexter todavía se sentía solo y que tal vez necesitaba estar rodeado de animales como él. Entonces decidió pedir ayuda a Olivia, quien le dijo llevara a Dexter a su granja.
Durante el viaje de dos horas a Vermont, Dexter estaba muy asustado en el remolque.
«Era un bebé», dijo Tess. «Me abrigué y me metí en el remolque con él durante las dos horas de viaje».
Sin embargo, ninguno de ellos sabía que, después de bajar del remolque, la vida de Dexter cambiaría para siempre.
Según Tess, en el momento en que Dexter bajó del remolque, Whidbey corrió hacia él. Cuando jugó con Whidbey, Dexter se sintió mucho mejor y dejó de tener miedo. Desde el primer día, Whidbey nunca se ha separado de Dexter.
«Creo que nunca nos cansamos de verlos correr juntos», dice Tess. «Es realmente especial».
Además, Whidbey siempre está ayudando a Dexter. Le lame la cara, el hombro o el estómago. Para Olivia, parece que entre ellos tienen un «lenguaje tácito».
(Cortesía de freedomrideequine)
En pocos meses, la personalidad de Dexter comenzó a brillar. Tess dice que «simplemente está viviendo su mejor vida».
Siendo testigo de la amistad de Dexter y Whidbey, Tess dijo: «Hay algo muy bueno en dos animales que no deberían estar juntos y que (…) están claramente obsesionados y encariñados el uno con el otro».
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