Puede que su amistad sea inusual, pero simplemente se quieren. Oliver, el perro labrador, y Helen, la ardilla, se encuentran todos los días para ver cómo están, saludarse y mirarse con interés.
«Paso todo el día con mis perros y durante la mayor parte del día hay una ardilla que viene a pasar el rato con nosotros y a formar parte de la familia», dice Tricia Roberts, que vive en el sur de Florida.
La Sra. Roberts, de 47 años, trabaja desde casa y empezó a ver a la ardilla Helen hace cinco años. Tras mudarse a la casa en 2017, notó que unas ardillas curiosas se acercaban a la ventana y miraban hacia dentro. Una, en concreto, tenía un pequeño corte en la oreja, por lo que era fácil reconocerla.
La Sra. Roberts la llamó Helen, y volvería una y otra vez.
El otro perro de la Sra. Roberts, un perro rescatado llamado Brodie, ladraba cuando Helen se acercaba, pero por lo demás no se interesaba demasiado por ella. Por su parte, Helen no parecía asustada por el ruido. Más tarde, cuando Oliver llegó de cachorro, reaccionó con total tranquilidad ante su presencia.
«Oliver se limitó a mirarla; no ladró ni pareció querer perseguirla», dijo la Sra. Roberts.
Ahora Helen aparece al menos una vez al día, a veces dos o tres. «Está allí por la mañana», dijo la Sra. Roberts, «y luego vuelve a última hora de la tarde, sobre todo en esta época del año, cuando hace mucho calor a mediodía».
Según la Sra. Roberts, Helen se acerca corriendo cuando saca a Oliver a pasear. La criatura peluda también sube corriendo por su pierna para tomar un cacahuate. Su adorable e inusual conexión ha inspirado a la Sra. Roberts a trabajar en un libro infantil sobre un perro y una ardilla. También ha escrito una canción muy pegadiza, Oliver y Helen, y se sienta al piano a tocarla y cantarla.
«Parecía que si alguien se merecía una canción, eran Oliver y Helen», dijo. «A la gente parece gustarle… y Helen viene mucho a la ventana cuando oye el piano».
Mire el video:
(Cortesía de Tricia Roberts)
Al principio, el joven Oliver tenía otras cosas en las que ocupar su atención e ignoraba a la ardilla visitante. Pero, con el tiempo, empezó a buscarla.
«Se apoya en la ventana, se levanta y mira hacia fuera», dice la Sra. Roberts.
Cuando Helen sube saltando por el camino, corre de ventana en ventana, fascinada por lo que ocurre dentro y por Oliver, de 2 años, sentado en su silla de madera favorita. De vez en cuando, el apuesto perro le dará la espalda a la alegre ardilla, pero la pareja permanecerá muy unida.
«No son demasiado activos, sólo les gusta sentarse y relajarse», dice la Sra. Roberts.
La Sra. Roberts dice que se siente afortunada por tener un perro tan bueno y disfruta viendo su dulce interacción.
«Me hace sentir bien poder fomentar ese tipo de relación. Tampoco es sólo a través de la ventana; también se han visto fuera, y hacen lo mismo», dice.
Una vez, en el patio trasero, Helen estaba en un árbol y Oliver la vio. Se acercó al árbol y la miró. «Ella se acercó cada vez más a él y también se limitó a mirarlo», dijo la Sra. Roberts. «Él no intentó perseguirla y ella no huyó».
Los videos de la Sra. Roberts, Oliver y Helen se han visto más de un millón de veces en YouTube. Para regocijo de Oliver y de sus seguidores en las redes sociales, un día, muy orgullosa, Helen la ardilla apareció con un nuevo visitante adicional: su bebé ardilla.
Al fin y al cabo, forma parte de la familia, dice la Sra. Roberts. «Ha estado aquí en todas las vacaciones, en todas las ocasiones importantes. Es genial».
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