Después de que sus dueños construyeran una puerta para perros en su valla, dos cachorros que se hicieron «mejores amigos» ahora pueden verse todas las veces que quieran.
Los perros Fritz y Trapper, ambos de 5 años, son vecinos desde hace dos años.
En 2022, Miranda Stockton, de 45 años, rescató a Fritz, un pastor alemán, de la Humane Society, ya que tenía varios problemas de ansiedad que le impedían socializar con otros perros.
Al mismo tiempo, Whitney Tipton, vecina de la Sra. Stockton, de 35 años, adoptó a Trapper, un golden retriever.
Los vecinos decidieron presentar a sus perros con la esperanza de que se llevaran bien.
«Cuando crecieron, Fritz y Trapper se olían por debajo de la valla», cuenta la Sra. Stockton.
A pesar de tener personalidades diferentes, se convirtieron en los mejores amigos. Trapper, que tiene una «sonrisa bobalicona», es descrito como «grande y dulce», mientras que Fritz es considerado muy inteligente.
Al principio, la pareja llevaba a Trapper y a Fritz al parque canino local, donde los perros jugaban salvajemente.
Sin embargo, al cabo de un rato, Trapper empezó a meter la cabeza bajo la valla para buscar a su amigo. Esto llevó a la Sra. Stockton a preguntar a su vecina si podían construir una puerta para perros, pues ya no soportaba ver a Trapper tumbado bajo la valla. Pero la Sra. Tipton rechazó la idea, en un principio, y la consideró «demasiado rara».
«Le dije: ‘No es raro. Ya juegan juntos’, y Trapper siempre metía la naricilla bajo la valla para ver a Fritz», dijo la Sra. Stockton.
Entonces envió un mensaje al marido de la Sra. Tipton, Joe Parks, de 35 años, con capturas de pantalla de puertas para perros en Pinterest, y él pareció entusiasmado con la idea.
La pareja intentó convencer al marido de la Sra. Stockton, Josh Levenson, de 47 años, para que se sume a la idea. Una vez convencidos todos, los vecinos se pusieron en contacto con un carpintero y recibieron un presupuesto de 600 dólares.
«Trabajamos con él en el diseño», explica Stockton. «Compartí mis fotos de Pinterest con el carpintero».
El carpintero hizo una puerta que seguía las líneas del tablero de la Sra. Stockton.
La pequeña puerta de madera, perfectamente enmarcada y con minicerraduras a ambos lados para mayor intimidad, costó a los vecinos 300 dólares cada uno.
Ahora, la Sra. Stockton y la Sra. Tipton suelen desbloquear la puerta cuando llegan a casa del trabajo y dejan que los perros jueguen juntos.
Cuando veo a Trapper asomar la cabeza por debajo de la valla», dice la Sra. Stockton, «Whitney y yo nos mandamos un mensaje y nos preguntamos si podemos abrir la puerta».
«Fritz ha ganado mucha confianza gracias a esto. Se acerca a Trapper y se ponen a jugar».
Mira cómo juegan los amigos:
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