Encantado de descubrir que su intrépido perro también tenía los ojos puestos en el cielo, un experimentado parapentista le mandó hacer un arnés a medida para que ambos pudieran volar juntos en parapente de forma segura. A medida que la diversión del cachorro aumentaba, también lo hacían sus aventuras.
Shams, de 39 años, creció en el sur de Francia y lleva 15 años volando en parapente. El 1 de julio de 2021 adoptó a Ouka, un samoyedo de 3 años «muy adorable pero muy activo».
«Sabía que era posible, ya que muchos pilotos ya han llevado a sus perros con ellos en el aire», dijo Shams a The Epoch Times. «Una de mis actividades favoritas de parapente es ir de excursión a la cima de una montaña y bajar volando, así que como Ouka es un perro de trineo por naturaleza, inmediatamente pensé que sería estupendo ir de excursión a algún sitio —más rápido, gracias a Ouka— y bajar volando juntos».
Mire cómo Shams y Ouka vuelan juntos en parapente:
(Cortesía de Shams)
Mírelos despegar y aterrizar:
(Cortesía de Shams)
Shams tomó medidas cuidadosas a lo largo de meses para asegurarse de que Ouka fuera capaz de volar.
«En primer lugar, me di cuenta de que no tenía miedo a las alturas; cuando camina por el borde de un acantilado, le encanta mirar hacia abajo y observarlo todo», dice Shams. «Luego, nos quedamos con la furgoneta en un despegue de parapente, y vio a los pilotos volar todos los días. Luego, empecé a jugar en el suelo con mi propio parapente alrededor de él para que se acostumbrara al sonido, al movimiento y a lo que puede y no puede hacer».
«El último paso fue enseñarle a venir entre mis piernas con una orden de voz —’decollage’, que significa ‘despegue’— y correr conmigo entre mis piernas para poder despegar juntos».
Cuando Ouka empezó a correr entre las piernas de Shams durante los ejercicios de despegue, éste supo que estaba preparado. Probó un arnés de un amigo con un perro del mismo tamaño que Ouka, y el samoyedo le pareció tan «relajado y cómodo» que Shams encargó un arnés propio hecho a medida.
La pareja comenzó con un vuelo de unos segundos para probar sus habilidades de despegue y aterrizaje en tándem, y para que Shams observara las reacciones de Ouka. El cachorro se lanzó al aire como un pato al agua.
La pareja aumentó su tiempo de vuelo a un minuto, luego a cinco, luego a 10 y luego a 30.
Shams publicó fotos de su primer vuelo en parapente con Ouka en Instagram el 6 de septiembre de 2021. El post se hizo viral. Hoy, Ouka tiene su propia cuenta de Instagram con más de 118,000 seguidores.
Shams reflexionó: «Nuestra historia es bastante notable. Estaba en una gran depresión cuando adopté a Ouka, que había sido abandonado dos veces. Una gran sorpresa ha sido recibir tantos mensajes diciendo que ayudamos a la gente a sentirse mejor. Supongo que, sin darme cuenta, como Ouka me ayudó a mí, comparto mis emociones y sentimientos al respecto, y otras personas también pueden sentirlo».
Mientras está en el aire, Ouka está tranquilo y mira a su alrededor, dice Shams. Después de aterrizar, espera a que su dueño le quite el arnés antes de correr y buscar mimos de otros pilotos que aterrizan cerca.
«Ouka nunca ha mostrado ningún signo de miedo o ansiedad», afirma Shams. «Como tiene que venir entre mis piernas a mi orden de voz, si no quisiera volar, simplemente no vendría».
Este francés probó por primera vez el parapente con amigos, por diversión, y pronto se encontró adicto. Afirma que es «difícil decir» cuándo dominó la técnica, ya que todavía está aprendiendo, pero se considera un buen piloto porque conoce sus limitaciones.
Shams dejó un doctorado en gráficos por ordenador para convertirse en director de cine y director de fotografía a tiempo completo, especializado en aventura y deportes extremos, y llevaba cuatro años viajando por el mundo en su furgoneta cuando la pandemia le obligó a volver a Europa. Pero el parapente es su boleto a la libertad.
«El parapente es la forma más fácil de volar», dijo. «¡Imagínate, puedes llevar tu avión en la espalda! Es completamente silencioso, solo el sonido del viento en tus oídos. Es lento, relajante y tranquilo. No estamos saltando desde un acantilado; todo es suave. Corres y, sin darte cuenta, estás volando como un pájaro».
Shams, que no compite, ha volado sin embargo por todo el mundo. Cita el planeo a 6500 metros de altura sobre las montañas de Pakistán y una vista aérea de la laguna azul de la Polinesia como dos de sus recuerdos favoritos, pero afirma que ir de excursión a cualquier cima y volver a planear hasta su furgoneta es un logro igualmente sorprendente.
Su intrépido y divertido samoyedo es el compañero perfecto.
«Nunca pensé que un perro cambiaría tanto mi vida, para ser sincero, pero somos muy felices juntos», dice Shams. «Nunca hicimos nada por la fama y los gustos. Seguiremos haciendo lo que hacemos, simplemente porque nos gusta este estilo de vida».
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