Aunque todos tenemos esos momentos en los que las cosas no salen como esperábamos, o simplemente nos sentimos decaídos o con poca energía por una u otra razón. Estos momentos no tienen por qué durar todo el día o marcar un periodo de tiempo más largo. A veces, lo único que hace falta es un reajuste, un cambio de actitud o incluso algún movimiento corporal para pasar del enfado al encanto.
He aquí algunas ideas que puedes probar la próxima vez que necesites un empujón.
Salir a caminar
No puede ser más sencillo: solo tienes que atarte los zapatos y salir al aire libre para dar un breve o largo paseo. No deja de sorprenderme lo bien que sienta un simple paseo a nivel mental, físico y espiritual. Hacer de esta actividad un hábito en tu vida se convertirá en una práctica muy valiosa.
Sonreír
¿Acabas de poner los ojos en blanco ante esta sugerencia? La próxima vez que estés de mal humor o no puedas reunir el ánimo suficiente para afrontar el día, dirígete al espejo más cercano y sonríe. ¿No te apetece? Oblígate a hacerlo. Es curioso cómo un estado emocional negativo puede hacer que las comisuras de la boca se vuelvan un desafío, pero hazlo y fuerza una sonrisa. Sigue sonriendo para ti mismo hasta que la sonrisa sea genuina. Es bastante cómico lo bien que funciona.
Ser agradecido
Si las cosas no parecen ir como tú quieres, coge un bolígrafo y empieza a hacer una lista de todas las cosas que se te ocurran por las que estás agradecido. Estás leyendo este artículo, así que quizás estés agradecido por tu educación. O tal vez estés agradecido por el techo que te cubre, la abundancia de comida en tu nevera, el encuentro amistoso que has vivido recientemente, la familia con la que has sido bendecido, o tu libertad. Cuando te propongas escribir todo lo que puedas, probablemente descubrirás que es interminable. Y aunque te cueste, siempre hay algo que agradecer.
Compartir un abrazo
Cuando te sientas mal, busca a un ser querido y ofrécele un abrazo. No solo les darás esa sensación de calidez que todo buen abrazador conoce, sino que obtendrás beneficios para la salud. Se ha demostrado que los abrazos reducen el estrés, aumentan la inmunidad y mejoran la salud del corazón. Y lo que es más, compartirás los beneficios con otra persona.
Limpiar un cajón
A menudo, la razón por la que nos sentimos mal es que nos enfrentamos a algún nivel de caos o incertidumbre. Puede ser beneficioso alejarse del problema en cuestión y abordar algo que seguramente será una victoria fácil, como ordenar una parte de una habitación o limpiar un cajón. La pausa mental puede llevar a la inspiración, y la rápida victoria puede ofrecernos aliento.
Tomar un descanso
A veces, cuando estamos estresados, confundimos la actividad con la productividad, que pueden ser dos cosas totalmente diferentes. ¿Y si te tomas un descanso, te sirves una taza de té o limonada y descansas un momento? No pasa nada por hacer una pausa, respirar y simplemente estar. De hecho, puede aumentar tu productividad y tu estado de ánimo.
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