Los centros de votación de Irán abrieron este viernes sus puertas para dar comienzo a una jornada electoral en la que saldrá elegido el nuevo presidente del país para los próximos cuatro años.
Cuatro candidatos, tres conservadores y un moderado, se disputan finalmente la Presidencia, después de la renuncia de otros tres, y parte como favorito el clérigo conservador y actual jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí.
Sus rivales son Abdolnaser Hematí, exgobernador del Banco Central de Irán y el único moderado; Mohsen Rezaí, actual secretario del Consejo de Discernimiento y antiguo comandante de la Guardia Revolucionaria; y el conservador vicepresidente primero del Parlamento, Amirhosein Qazizadeh Hashemí.
La jornada electoral arrancó a las 7:00 hora local con la apertura de los colegios electorales, que recibirán votantes hasta la medianoche. Según el ministro del Interior, Abdolreza Rahmaní Fazlí, el plazo podrá extenderse hasta las 2 de la madrugada.
El primero en votar, como es habitual, fue el líder supremo, Alí Jameneí, quien afirmó en la ceremonia que hoy es «el día de la nación iraní» porque «determina el destino del país» para los próximos años.
Más de 59 millones de iraníes están llamados hoy a las urnas pero la participación electoral se prevé baja debido a la apatía y el descontento social generalizado y la ausencia de candidatos reformistas o moderados de peso.
Un sondeo publicado el pasado miércoles, antes de la jornada de reflexión, por la televisión estatal en inglés apuntaba a una participación del 46 %, aunque otras encuestas han ofrecido datos más inferiores.
El citado sondeo también otorga una clara victoria a Raisí, que obtendría al menos el 57.3 % de los votos.
A estas elecciones no podía concurrir el actual mandatario, Hasan Rohaní, en el cargo desde 2013, por haber cumplido ya dos mandatos consecutivos.
Las presidenciales se celebran simultáneamente con comicios municipales y elecciones parciales de algunos miembros del Parlamento y de la Asamblea de Expertos.
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