Absuelven a un hombre preso 26 años en China, fue torturado para que confiese un crimen que no cometió

Por MARY HONG
12 de agosto de 2020 4:17 PM Actualizado: 12 de agosto de 2020 4:33 PM

Un ciudadano chino que fue encarcelado injustamente durante 26 años por el asesinato de dos niños, fue finalmente absuelto y liberado este mes. Su historia de dolor e injusticia a manos del régimen se hizo viral en las redes sociales chinas.

«El dolor y el sufrimiento de 26 años no puede ser resuelto con una disculpa… No quiero la disculpa. Solo espero tener la oportunidad de ver a esas bestias experimentar ser mordidos por una manada de perros lobo», dijo Zhang Yuhuan, de 53 años, un aldeano de Nanchang, provincia de Jiangxi, luego de su liberación el 4 de agosto.

Zhang estaba en sus veintes cuando la policía lo arrestó. Al regresar a casa, se encontró con que su esposa había sido forzada a casarse otra vez, y su madre no pudo reconocerlo.

Zhang Yuhuan, quien fue encarcelado injustamente en China durante 26 años, fue declarado inocente y liberado de prisión el 4 de agosto de 2020. Zhang dice que fue torturado por la policía para confesar el asesinato de dos niños. (Captura de pantalla de vídeo)

Dos asesinatos sin resolver

El 24 de octubre de 1993, dos niños de seis y cuatro años desaparecieron de Nanchang, la aldea donde vivían Zhang y su familia. Los cuerpos de los niños se encontraron a la mañana siguiente.

Después de investigar a 61 familias de la aldea, la policía identificó a Zhang como sospechoso. La razón fue que, cuando la policía lo interrogó parecía «nervioso y se frotaba las manos». También había heridas en sus manos, y no podía explicar claramente de dónde venían, según los registros de la policía. Sin embargo, su expediente también indica que Zhang dijo que sus manos se lesionaron mientras cosechaba granos.

El 27 de octubre del mismo año, Zhang fue puesto bajo custodia para una mayor investigación.

Durante los interrogatorios, Zhang hizo un total de seis declaraciones, dos de las cuales fueron confesiones de culpabilidad. Pero sus declaraciones sobre el lugar de los asesinatos, los medios para cometerlos y el motivo de los mismos variaron. Pero al final, sus dos confesiones se convirtieron en la principal prueba que la policía tomó para basar su conclusión: Zhang era culpable de los asesinatos.

En enero de 1995, Zhang fue condenado a muerte con una suspensión de dos años de la ejecución por la Corte Popular Intermedia Municipal de Nanchang.

En marzo de ese mismo año, la Corte Popular Superior Provincial de Jiangxi revocó el fallo de la Corte inferior por considerar que los hechos no estaban claros y las pruebas eran insuficientes, y ordenó a la corte inferior que celebrar un nuevo juicio del caso.

En 2001, la Corte Municipal de Nanchang, en un fallo definitivo, confirmó el primer veredicto de sentencia de muerte.

Zhang apeló de nuevo, pero la Corte Popular Superior de la Provincia de Jiangxi rechazó su apelación y Zhang fue posteriormente enviado a la prisión de Nanchang para cumplir su sentencia.

Durante casi 27 años, Zhang y su familia siguieron apelando, pidiendo que la corte lo absolviera. Las pruebas en las que la corte había declarado culpable a Zhang eran principalmente sus dos confesiones. Pero Zhang afirmó que las confesiones que hizo a la policía fueron extraídas bajo tortura y amenazas a la seguridad de su familia.

Su hermano mayor, Zhang Minqiang, recordó que llevaba 100 sobres y 100 sellos cada vez que visitaba a Zhang en la cárcel para que su hermano pudiera escribir cartas sobre su caso a diferentes departamentos. A lo largo de los años, Zhang envió miles de cartas.

Finalmente, en marzo de 2019, la Corte Suprema decidió un nuevo juicio, y el 4 de agosto de este año la corte dictaminó que las pruebas eran insuficientes para declarar al acusado culpable.

Zhang estuvo encerrado durante 9778 días, el mayor tiempo de encarcelamiento ilegal reportado en China.

Abuso de la policía

El 5 de agosto, en una entrevista con los medios de comunicación estatales de la cadena CCTV, Zhang habló de las confesiones forzadas y de cómo había sido torturado por el régimen durante seis días y noches, incluyendo ser golpeado mientras estaba colgado de las muñecas o en cuclillas, así como el uso de choques eléctricos y ataques de perros lobo, todo para obligarlo a admitir los asesinatos. Él dijo que todavía tiene las cicatrices en sus manos donde fue mordido por un perro policía.

Zhang dijo que hasta el 3 de noviembre de 1993, mientras estaba en custodia, insistió en que era inocente. Fue entonces cuando la policía trajo dos perros lobo, y fue atacado por uno de ellos. Sus pantalones estaban rotos y sus piernas sangraban por las mordeduras.

La policía le dio otro par de pantalones y lo ridiculizó, diciendo que eran mejores que sus viejos pantalones.

En la entrevista televisiva, Zhang nombró a algunos de los policías que participaron en los interrogatorios. Había otros cuyos nombres no conocía.

Luego que el juez diera el veredicto del 4 de agosto, un representante de la Corte Popular Superior de la Provincia de Jiangxi se disculpó con Zhang en nombre de la corte.

En otras entrevistas con medios de comunicación chinos, Zhang dijo que esperaba que los funcionarios que lo interrogaron y torturaron fueran responsables de sus crímenes.


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