Más de 60 miembros del Parlamento Europeo y del grupo de derechos humanos Reporteros Sin Fronteras (RSF) están pidiendo a los principales líderes europeos que aborden las cuestiones de los derechos humanos en China en la próxima cumbre virtual Unión Europea-China que tendrá lugar el 14 de septiembre.
El líder chino Xi Jinping será el coanfitrión de la reunión con Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, que define las políticas y prioridades generales de la Unión Europea (UE). También participarán en la reunión Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, poder ejecutivo de la UE, y la canciller alemana Angela Merkel. Alemania ocupa actualmente la presidencia rotatoria de la UE.
La reunión, originalmente programada para celebrarse en la ciudad alemana de Leipzig, se desarrollará a través de una videoconferencia debido a la pandemia de COVID-19.
Los cuatro debatirán sobre el cambio climático, cuestiones económicas y comerciales, así como sobre las respuestas a la pandemia, causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus, según el sitio web del Consejo Europeo.
La cumbre en línea del lunes está bajo un minucioso escrutinio, ya que las relaciones entre China y la UE recientemente se deterioraron. En marzo del año pasado, la Comisión Europea calificó a China como «un rival sistemático» en un informe sobre la relación bilateral. El mes pasado, el ministro de Asuntos Exteriores de la UE, Joseph Borrell, llamó a China «un nuevo imperio» y pidió a los miembros de la UE que «corrijan» sus desajustes económicos con China, según un comentario publicado en el periódico francés Le Journal de Dimanche.
Mientras tanto, 63 europarlamentarios firmaron una carta conjunta dirigida a Michel, Von der Leyen y Merkel, instándolos a «garantizar que habrá consecuencias si el gobierno chino sigue haciendo alarde de sus obligaciones en materia de derechos humanos. Pedimos que la UE dé prioridad a los derechos humanos en la agenda de la Cumbre UE-China y en futuras discusiones».
La carta señala las violaciones de derechos humanos de China contra los activistas y abogados chinos, los tibetanos, contra la privación de los derechos lingüísticos de la etnia mongola en Mongolia Interior, y por las detenciones de millones de musulmanes uigures en campos de internamiento. También llamó la atención sobre la erosión de las libertades en Hong Kong tras la promulgación por parte de Beijing de la ley de seguridad nacional.
A fines de agosto, los estudiantes de Mongolia Interior comenzaron a boicotear las clases y los adultos organizaron protestas al aire libre después de que la oficina de educación local emitiera nuevos reglamentos que exigían que las clases de las escuelas primarias y secundarias se impartieran en chino mandarín y utilizaran libros de texto normalizados en chino. En la región viven muchos ciudadanos de la etnia mongola, que tienen un idioma y una cultura distinta a la mayoritaria etnia Han china, que habla mandarín.
Además, las autoridades chinas de la provincia de Qinghai, en el norte de China, cerraron las escuelas primarias y obligaron a los estudiantes a ingresar en internados designados por el gobierno, donde las clases se impartirán en chino en lugar de tibetano, informó el sábado Radio Free Asia. La provincia alberga a unos 1,37 millones de tibetanos, según las estadísticas oficiales.
Los esfuerzos por abordar los abusos de los derechos humanos en China «no han dado lugar a ningún cambio significativo en el comportamiento del gobierno chino”, según la carta. “La próxima cumbre UE-China representa una oportunidad ideal para emparejar la retórica de la UE respecto a las violaciones de los derechos humanos en China con acciones concretas».
La cumbre del lunes es un seguimiento de la Cumbre en línea del 22 de junio, cuando Xi y el primer ministro chino, Li Keqiang, se reunieron con Von der Leyen y Michel.
Los dos últimos emitieron un comunicado de prensa conjunto después de la reunión de junio, en el que expresaron «su grave preocupación por las medidas adoptadas por China» para imponer la ley de seguridad para Hong Kong, la que «no está en conformidad con la Ley Básica de Hong Kong [constitución] y los compromisos internacionales de China».
A pesar de las preocupaciones internacionales generalizadas, el 30 de junio Beijing siguió adelante con la aplicación de la ley de seguridad nacional en Hong Kong, que castiga delitos vagamente definidos como la secesión y la subversión con una pena máxima de cadena perpetua.
Los europarlamentarios concluyeron diciendo que apoyan «las sanciones selectivas y la congelación de activos contra los funcionarios chinos responsables de políticas que violan los derechos humanos».
Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidieron a los tres líderes europeos que plantearan el tema de las violaciones a la libertad de prensa por parte del régimen chino, de acuerdo a un comunicado emitido el 12 de septiembre.
«Los derechos humanos son un valor fundamental de la Unión Europea, y no insistir en ello solo animaría al régimen chino a continuar su política de control de la información y de represión de las voces independientes», declaró el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
«Cualquier debilidad daría a China rienda suelta para imponer un nuevo orden mundial de la información, lo que podría ser más perjudicial para los ciudadanos europeos de lo que es hoy en día», añadió.
China es el «mayor captor de periodistas del mundo», con al menos 118 detenidos, destacó RSF.
La cumbre también se celebra tras la reciente gira europea del ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, con paradas en Francia y Alemania. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, reprendió públicamente a Wang después de que amenazara al presidente del senado checo, Milos Vystrcil, quien «pagaría un alto precio» por su visita a Taiwán.
«Nosotros, como europeos, actuamos en estrecha cooperación, nosotros ofrecemos a nuestros socios internacionales respeto, y esperamos exactamente lo mismo de ellos», dijo Maas en una conferencia de prensa conjunta con Wang el 1 de septiembre.
«Las amenazas no encajan aquí», añadió Maas.
El régimen chino considera a Taiwán como una provincia renegada y parte de su territorio, a pesar de que la isla autónoma tiene su propio gobierno elegido democráticamente, su ejército y su moneda. Beijing se opone a las palabras o acciones de los funcionarios de gobiernos extranjeros que reconocen la soberanía de la isla, así como la visita de Vystrcil a Taiwán.
Las relaciones entre China y la UE también han empeorado debido a la pandemia, que se originó en China. En una encuesta reciente del grupo de expertos paneuropeo del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, el 48 por ciento de los europeos encuestados declararon que su opinión sobre China empeoró durante la crisis sanitaria mundial.
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