Los pacientes jóvenes diagnosticados con neuroblastoma (NB), una forma rara de cáncer pediátrico que representa entre el 6 y el 10 por ciento de los cánceres infantiles, a menudo enfrentan desafíos posteriores al tratamiento que incluyen recaídas y resistencia a los medicamentos, así como efectos secundarios tóxicos de la quimioterapia o la radioterapia.
El neuroblastoma, un tumor sólido extracraneal, tiene su origen al inicio de la vida —en las células nerviosas inmaduras de un feto en desarrollo— y el diagnóstico generalmente se realiza durante la infancia o los primeros años de vida.
Aunque las tasas de supervivencia de los niños con neuroblastoma aumentaron dramáticamente en las últimas décadas, una serie de desafíos importantes posteriores al tratamiento siguen impulsando a algunos investigadores a explorar el uso de antioxidantes de origen vegetal en el tratamiento del cáncer.
Una revisión reciente, publicada en la edición del 13 de marzo de Nutrients, realizada por un equipo de investigadores españoles, portugueses e italianos, examinó el papel de dos compuestos fenólicos específicos que se encuentran en el aceite de oliva extra virgen (AOVE) por su potencial efecto preventivo y terapéutico sobre neuroblastoma.
El equipo de investigación examinó el efecto antioxidante de la oleuropeína (OLE), el principal compuesto fenólico que se encuentra en el aceite de oliva y su relacionado fenol hidroxitirosol (HT) en células de neuroblastoma, utilizando modelos in vitro y animales. Dado que las células tumorales producen mayores cantidades de especies reactivas de oxígeno (ROS, radicales libres que contienen oxígeno que, en niveles elevados, pueden dañar biomoléculas como el ADN), los autores querían estudiar las capacidades antioxidantes de OLE y HT para mitigar o revertir el daño causado por ROS.
Hallazgos prometedores
Los autores del estudio señalaron que investigaciones previas habían establecido que «Tanto el OLE como su metabolito, HT, han mostrado una notable actividad anticancerígena en diferentes tumores, como el colorrectal, mama, vejiga, sangre, cerebro, gástrico, hepático, piel, próstata, pulmón, cánceres de cuello uterino y de tiroides. Además, estos compuestos pueden atravesar la barrera hematoencefálica y no poseen efectos tóxicos». Sin embargo, existen diferencias significativas entre los cánceres infantiles y los cánceres de adultos. ¿Podrían los conocidos efectos anticancerígenos de la OLE y la HT extenderse al neuroblastoma? Los resultados son prometedores.
Los investigadores examinaron el efecto de OLE y HT sobre la viabilidad celular y la proliferación del neuroblastoma utilizando varias líneas celulares. Descubrieron que «ambos compuestos fenólicos demuestran un potencial significativo para inhibir el crecimiento tumoral y disminuir la supervivencia celular mediante la inducción de apoptosis y la detención del ciclo celular… En resumen, OLE y HT presentan una capacidad notable de proteger las células contra el daño oxidativo a través de mecanismos anti-propiedades apoptóticas y antioxidantes».
Utilizando modelos animales de neuroblastoma, los investigadores descubrieron que los niveles de ROS eran inusualmente altos, particularmente en las primeras etapas del desarrollo del cáncer. Además, los tratamientos de quimioterapia y radiación ionizante pueden provocar efectos secundarios adversos que incluyen la generación de altos niveles de radicales libres. Al saber esto, los autores especulan que «si bien se necesita más investigación, es razonable suponer que los antioxidantes pueden tener efectos beneficiosos para la terapia del cáncer, particularmente en el tratamiento del NB, ya que son capaces de equilibrar los niveles de ROS para evitar actividades dañinas» y posiblemente mitigar los efectos secundarios causados por ciertos tratamientos convencionales».
Es importante señalar que los resultados dependieron de la dosis y que quedan dudas sobre los efectos de las altas concentraciones de oleuropeína e hidroxitirosol en el tejido sano. Aún así, la investigación disponible es prometedora y se necesita más para examinar los beneficios potenciales en los pacientes pediátricos.
Aceite de oliva extra virgen
Esta investigación pone de relieve los beneficios del aceite de oliva y del AOVE en particular. El aceite de oliva es la principal grasa dietética que se consume en la dieta mediterránea y se promociona desde hace mucho tiempo por sus beneficios anticancerígenos. Una gran cantidad de investigaciones han demostrado una relación inversa entre una estricta adherencia a una dieta mediterránea y el riesgo de una variedad de cánceres. En general, cuanto mayor es la adherencia a la dieta mediterránea, menor es el riesgo de cáncer.
La dieta mediterránea también se caracteriza por su uso extensivo de frutas, verduras, cereales integrales y legumbres frescas, un consumo moderado de huevos, lácteos, vino tinto, pescado, aves y carnes rojas, y un mínimo de azúcares añadidos y alimentos procesados.
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