Los periodistas extranjeros que cubren las consecuencias de las inundaciones en la provincia central china de Henan fueron acosados por grupos enardecidos que estaban siendo alentados por las autoridades comunistas.
Los periodistas extranjeros que trabajan para medios internacionales —como Los Angeles Times, la BBC, Deutsche Welle y AFP— fueron acosados mientras cubrían las consecuencias de las inundaciones.
La semana pasada, 12 millones de habitantes de la ciudad sufrieron fuertes lluvias durante tres días, el equivalente a las precipitaciones promedio de un año. Un tercio de la lluvia cayó la tarde del 20 de julio.
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado censurando la información sobre la inundación y restringiendo a los extranjeros que cubren para los medios de comunicación no estatales la noticia de la catástrofe. El PCCh advirtió a los usuarios de redes sociales chinas y a la población local que no difundan «rumores» sobre la inundación.
En un caso de intimidación contra reporteros extranjeros, Mathias Boelinger, que trabaja para medios alemanes, incluida la Deutsche Welle, junto con Alice Su, de Los Angeles Times, fueron confrontados mientras realizaban entrevistas en la ciudad de Zhengzhou el sábado.
Ellos fueron filmados, interrogados y acusados de escribir artículos que «calumniaban» al régimen chino, como se ve en los vídeos que circulan en redes sociales chinas e internacionales.
Long thread: Yesterday @aliceysu and I were out in Zhengzhou when we were surrounded by an angry mob. 1/11 pic.twitter.com/goGDlzx7iU
— Mathias Boelinger (@mare_porter) July 25, 2021
Dos mujeres, que se identificaron como empleadas de medios de comunicación locales, se acercaron a ellos y una de ellas comenzó a filmarlos. Rápidamente se reunió un grupo, dijo Boelinger en Twitter.
«Ellos no dejaban de empujarme gritando que yo era un mal tipo y que dejara de desprestigiar a China. Un tipo me sujetó para arrebatarme el teléfono», añadió.
Muchos de los que le amenazaban pensaban que era Robin Brant, el corresponsal de la BBC en China y una vez que consiguió explicar que no lo era, varios se calmaron.
«Lo que no sabía en ese momento era que había una cacería humana tras [Robin Brant] (…) Hay una campaña viciosa contra [BBC News] en los círculos nacionalistas y los medios de comunicación estatales», tuiteó Boelinger.
Alice Su dijo que trató de desescalar la situación traduciendo el mensaje del grupo, mientras la gente les gritaba airadamente que «se fueran de China».
Long thread: Yesterday @aliceysu and I were out in Zhengzhou when we were surrounded by an angry mob. 1/11 pic.twitter.com/goGDlzx7iU
— Mathias Boelinger (@mare_porter) July 25, 2021
El vídeo de los incidentes del sábado se difundió ampliamente en Weibo, siendo la mayoría de los comentarios abusivos y amenazantes. Algunos incluso publicaron los datos personales de los periodistas.
Cacería de reporteros
El portavoz del régimen, Global Times, publicó el domingo un artículo en el que afirmaba que este tipo de incidentes ayudaría a los medios de comunicación occidentales a «desprestigiar» al régimen, por lo que pidió al público que encuentre formas más inteligentes de hacer que los periodistas occidentales «paguen el precio».
En la red social china Weibo, la Liga de la Juventud Comunista de la provincia de Henan llamó el sábado a la población a acechar a Brant y a informar de su paradero.
El reportero de la BBC fue acusado de ser un «extranjero propagador de rumores» y de «distorsionar gravemente los hechos» en sus informes sobre las inundaciones.
Días antes, Brant había publicado en la BBC de lengua china un reportaje en vídeo sobre una estación de metro inundada en la ciudad de Zhengzhou. Los vídeos que circularon en Internet mostraban a pasajeros del tren atrapados con el agua hasta el cuello, lo que habría provocado que algunos se ahogaran o murieran asfixiados.
Se cree que al menos 14 personas fallecieron en el metro sumergido.
«¿Cómo es posible que una estación de esta línea, en un sistema de metro subterráneo que tiene menos de diez años de antigüedad, haya quedado anegada por el agua de la lluvia y se haya dejado morir a los pasajeros en el andén?», se preguntó.
Su video reportaje fue motivo de indignación entre algunos en China.
Aunque Brant añadió que el líder chino Xi Jinping pidió que se mejoren los sistemas de alerta temprana de la red de transporte, su cobertura de los pasajeros sumergidos en el agua iba en contra de la línea de propaganda del PCCh.
La hostilidad que sufrieron Brant, Boelinger y Su se ha convertido en algo habitual para los reporteros extranjeros dentro de China.
Según el Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC), otros corresponsales han reportado experiencias similares durante el desastre de Zhengzhou.
Periodistas de The Associated Press fueron detenidos y denunciados a la policía por filmar. El medio francés AFP se vio obligado a borrar las imágenes tras ser rodeado por varias docenas de hombres mientras informaba sobre un túnel de autopista sumergido.
Un equipo de Al Jazeera fue seguido y filmado mientras informaba fuera de la estación de metro anegada.
El martes, la BBC emitió un comunicado en el que pide al régimen chino que deje de inmediato de fomentar los ataques a los periodistas extranjeros.
The BBC calls for immediate action by the Chinese government to stop the attacks on journalists following reporting on the floods in Henan Province. pic.twitter.com/gQsRM0svKR
— BBC News Press Team (@BBCNewsPR) July 27, 2021
La FCCC también condenó el papel que desempeña el Estado comunista en la represión de la libertad de prensa en la nación controlada por los comunistas.
«La retórica de las organizaciones afiliadas al Partido Comunista en el poder en China pone directamente en peligro la seguridad física de los periodistas extranjeros en China y obstaculiza la libertad de información», dijo el FCCC en Twitter el martes.
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