El artista y disidente cubano Luis Manuel Otero Alcántara, que protagonizó una huelga de hambre y sed en protesta por la represión, permanece ingresado y prácticamente incomunicado desde hace once días en un hospital de La Habana, por lo que sus compañeros activistas denuncian un «secuestro».
«Dicen que él no está preso pero no dejan llegar a nadie hasta allí. Está todo acordonado y él no tiene comunicación con nadie a menos que sea un familiar autorizado por la seguridad del Estado», indicó a Efe este jueves la periodista independiente Iliana Hernández, cercana al Movimiento San Isidro (MSI) y a su líder de 33 años.
Sin teléfono ni visitas
Otros activistas y allegados de Otero Alcántara confirmaron que no tiene acceso a un teléfono y que solo algunos familiares cercanos pueden visitarlo en el hospital Calixto García, donde patrullas de la Policía custodian la entrada desde hace varios días, según ha podido corroborar Efe.
«Está en un estado de secuestro prácticamente, porque no tiene comunicación con el exterior como cualquier otra persona ingresada en un hospital», sentenció la periodista independiente, que asegura llevar un mes bajo arresto domiciliario por su activismo contra el régimen.
La bailarina Chabelly Díaz, una de las personas más cercanas a Otero Alcántara, confesó estar preocupada: «Sus familiares dicen que él está bien, pero yo ayer fui al hospital y no me dejaron pasar. Yo pienso que algo ocultan muy bien. No me dejan verlo ni a mí».
Otras personas que se acercaron a ver al disidente fueron arrestadas por la Policía o multadas en la puerta del hospital, según denunciaron los activistas.
La tía del artista, Ana Rosa Alcántara, aseguró que su sobrino se encuentra bien de salud. «Ayer fue mi hermano y se reunieron para ver cuándo le daban el alta ya», explicó a Efe en una conversación telefónica, en la que no ofreció más detalles de relevancia.
Desde que el líder del MSI fuera ingresado el 2 de mayo solo se le ha visto en dos videos grabados en el hospital y divulgados por medios estatales en los que se aparece en aparente buen estado de salud.
La huelga de hambre
Todo comenzó a mediados de abril, cuando las fuerzas de seguridad cubanas allanaron la vivienda de Otero Alcántara, destruyeron más de una decena de obras que exhibía y se lo llevaron detenido.
Tras denunciar continuos arrestos e intimidaciones en el calabozo los 10 días siguientes, el 24 de abril se declaró en huelga de hambre y sed para exigir una indemnización por las obras destruidas y una disculpa pública, así como la retirada del cerco policial en el barrio y la cámara de vigilancia instalada frente a su puerta.
Después de varios días atrincherado en su domicilio, la madrugada del 2 de marzo las autoridades lo desalojaron forzosamente y lo llevaron al hospital.
Varias entidades e instituciones denunciaron la situación o expresaron preocupación, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Gobierno de EE.UU. y el Parlamento Europeo.
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