Activistas y grupos de defensa de los derechos humanos han denunciado la sistemática sustracción forzada de órganos por parte del régimen chino, en el inicio del primer viaje a Europa en cinco años del líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping.
En una carta dirigida a Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, antes de la visita de Xi Jinping, más de una docena de grupos de defensa de los derechos humanos pidieron que se proteja a los ciudadanos y las instituciones europeas «de la complicidad en la ayuda e incitación a la sustracción forzada de órganos».
Los activistas solicitaron que los líderes europeos introduzcan legislación sobre «la notificación obligatoria por parte de los profesionales sanitarios de los trasplantes de órganos extraterritoriales, con la consiguiente transparencia pública sobre los volúmenes de turismo de trasplantes fuera de la UE por país visitado».
En China, el tiempo de espera para el trasplante de un órgano vital puede ser de unas pocas semanas, algo inaudito en países que dependen de un sistema de donación voluntaria. El breve tiempo de espera ha atraído a personas de todo el mundo a viajar a China para someterse a operaciones que salvan vidas.
Un tribunal popular independiente de Londres concluyó en 2019 que el régimen chino había estado matando a presos de conciencia «a una escala significativa» para abastecer su mercado de trasplantes. Las principales víctimas, según las conclusiones del tribunal, son los practicantes de Falun Gong, detenidos, Falun Gong es una práctica espiritual que ha sido objeto de una brutal persecución por parte del PCCh desde 1999.
Europa «se arriesga a ser cómplice de la sustracción forzada de órganos» si sigue apoyando a instituciones y profesionales médicos que colaboran con sus homólogos chinos en el sector de los trasplantes de órganos, afirman los activistas en la carta.
La carta, fue hecha pública por primera vez el 6 de mayo, cuando Xi iniciaba su gira europea de una semana. Su primera parada fue Francia, donde el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mantuvieron conversaciones a tres bandas con él en el Palacio del Elíseo de París el 7 de mayo.
El PCCh tiene «mucho miedo» de la atención internacional
Por su parte, grupos de derechos humanos y activistas celebraron concentraciones en París, pidiendo a los líderes franceses y europeos que sacaran a relucir los abusos del PCCh contra los derechos humanos de las minorías étnicas, los fieles de religiones y prácticas espirituales, y los periodistas durante su compromiso con la parte china.
Entre ellos se encontraba Ding Lebin, un defensor de los derechos humanos chino, que instó al presidente francés a plantear la difícil situación de su padre, que cumple una condena de tres años de prisión por practicar Falun Gong.
Falun Gong es una disciplina espiritual tradicional que incluye ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia.
La práctica ganó gran popularidad en la década de 1990, y se calcula que unos 100 millones de chinos la adoptaron en seis años, superando el número de miembros del PCCh en aquel momento. Jiang Zemin, entonces líder del PCCh, vio en ello una amenaza para su control e inició una brutal persecución contra la práctica y sus practicantes en julio de 1999.
El Sr. Ding dijo que no había base legal para la persecución de Falun Gong y de su padre, en una carta de petición dirigida al presidente Macron.
El Sr. Ding se refirió a una resolución adoptada por el Parlamento Europeo en enero, en la que se condenaba la actual persecución del PCCh contra Falun Gong. En ella se afirmaba que su padre y otros practicantes de Falun Gong debían ser liberados incondicionalmente y que debía ponerse fin a la persecución.
En los últimos 25 años, millones de practicantes de Falun Gong han sido internados en campos de trabajos forzados, centros de lavado de cerebro y cárceles de toda China, donde se les ha sometido a torturas y abusos para obligarles a renunciar a sus creencias. Se cree que un número aún indeterminado de practicantes han sido torturados hasta la muerte o asesinados para extraerles sus órganos.
En una rueda de prensa posterior, el 6 de mayo, Ding calificó la resolución europea de «buena protección» para sus padres en la China comunista, «porque el PCCh tiene mucho miedo de algunos tipos de atención internacional».
También expresó su preocupación por los amplios esfuerzos del régimen para silenciar a sus objetivos en el extranjero, diciendo que los agentes chinos se dirigieron a él durante su campaña internacional para liberar a su padre.
El Sr. Ding preguntó a los legisladores en la sesión informativa cómo combatiría el gobierno francés la represión transnacional del PCCh contra los practicantes de Falun Gong en Francia.
En respuesta, Constance Le Grip, miembro del Parlamento francés con el partido Renacimiento del presidente Macron, dijo que examinarían la posibilidad de adoptar una resolución que defienda la libertad de creencia, palabra y expresión, que describió como «un tema muy, muy importante».
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