El Secretario de Estado, Antony Blinken, confirmó el 14 de enero que está cerca un alto el fuego en Gaza y un acuerdo sobre los rehenes.
En su último gran discurso sobre política exterior mientras dirigía el Departamento de Estado, Blinken le dijo al grupo de expertos sobre política exterior Atlantic Council que Estados Unidos, Egipto y Qatar presentaron una propuesta final el 12 de enero.
«La pelota está ahora en la cancha de Hamás», dijo. «Si Hamás acepta el acuerdo, está listo para ser concluido y aplicado».
Blinken habló durante unos 45 minutos y casi exclusivamente sobre Medio Oriente.
Los informes que dicen que un acuerdo estaba cerca han proliferado, con enviados a Medio Oriente tanto del presidente Joe Biden como del presidente electo Donald Trump reunidos en la capital de Qatar, Doha, con los jefes de las agencias de inteligencia de Israel. Al parecer, representantes de Hamás se encontraban en el mismo edificio.
Un alto el fuego sería probablemente temporal, la primera fase de un plan proyectado en tres fases.
Sería el primero desde finales de noviembre de 2023, cuando más de 100 rehenes israelíes fueron liberados durante una pausa de ocho días en los combates.
Hamás, «el único reticente, pero ahora completamente aislado, aceptó finalmente el marco del presidente Biden», dijo Blinken, porque el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la Liga Árabe y otras naciones clave ya lo habían hecho.
El primer paso que se busca, dijo, es un alto el fuego inicial de seis semanas en el que cesen los combates.
«Las fuerzas israelíes se retiran y los rehenes vuelven a casa. Los prisioneros palestinos son liberados. La ayuda humanitaria llega en masa a Gaza», afirmó.
Según Blinken, la primera fase del alto el fuego también «creará espacio» para trabajar hacia un alto el fuego permanente, la retirada completa de las fuerzas israelíes y la liberación de los rehenes restantes.
Describió el papel de los socios internacionales en Gaza de cara al futuro, un plan que se entregará a la administración Trump.
Las políticas estadounidenses, dijo, desempeñaron un papel importante en la cadena de acontecimientos que empujaron a Hamás hacia un alto el fuego.
Quince meses después del ataque del 7 de octubre, dijo, «la capacidad militar y de gobierno de Hamás ha sido diezmada, y los cerebros detrás del ataque han muerto».
«Teherán está en la cuerda floja», afirmó.
Estados Unidos reunió a un grupo de socios regionales que apoyaron a Israel en la respuesta a los dos ataques con misiles de Irán.
El ataque de Israel demolió las defensas aéreas iraníes, dejó expuestos lugares sensibles y envió un mensaje de disuasión al tiempo que evitó una peligrosa escalada, dijo.
El grupo terrorista Hezbolá, al que calificó como una «sombra de lo que fue», se ha retirado al norte del río Litani, en Líbano, en el marco de un alto el fuego negociado por Washington.
El gobierno de Bashar al-Assad cayó en Siria, e Irán se ha retirado de Siria.
«Ninguno de los patrocinadores de Assad, ni Irán, ni Rusia, ni Hezbolá, estaban en condiciones de salvarlos esta vez. Todos estaban empantanados en crisis de su propia creación, que Estados Unidos efectivamente exacerbó».
Blinken destacó otros logros de la Administración en Medio Oriente, como la integración regional para hacer la región más estable y segura.
«Una región más integrada está también en una posición más fuerte para impedir que uno de sus vecinos domine a los demás, o que un país de fuera domine la región», afirmó.
La administración Biden, dijo, «profundizó y amplió los Acuerdos de Abraham» y «encabezó nuevas coaliciones como la I2U2, que reúne a India, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos para hacer frente a desafíos compartidos».
«Anunciamos un corredor económico pionero que conecta India, Medio Oriente y Europa», afirmó. Estados Unidos siguió liderando una coalición de 87 países que lucha contra los terroristas del ISIS.
Blinken discrepó con la decisión de Trump, en su primer mandato, de derogar el tratado nuclear con Irán forjado por la administración Obama.
Calificando la salida como «unilateral y equivocada», Blinken dijo: «Dejamos claro que había un camino para el retorno mutuo al cumplimiento si Irán estaba dispuesto a dar los pasos necesarios».
La administración Biden había avanzado hacia la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí. El 10 de octubre de 2023, dijo Blinken, tenía previsto viajar a Arabia Saudí «para ayudar a cerrar las brechas restantes».
Dicho acuerdo incluiría, dijo, «una vía creíble hacia un Estado palestino con garantías férreas de seguridad para Israel».
El ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, el día más mortífero para los judíos desde el Holocausto, hizo descarrilar esa posibilidad.
«El momento del ataque de Hamás no fue casual», dijo. «La creciente integración de Israel en la región, la perspectiva de normalización con Arabia Saudí, suponían una amenaza existencial para el poder de Hamás, sus ambiciones de dominar el panorama político palestino, su razón de ser, que es el rechazo de dos Estados y la destrucción de Israel».
Si se normalizaran las relaciones entre Arabia Saudí e Israel, los elementos del acuerdo incluirían probablemente una alianza estratégica que estableciera a Arabia Saudí como aliado de Estados Unidos en el tratado, además de acuerdos que reforzaran la cooperación en materia de defensa, energía y comercio.
Blinken expresó su simpatía por ambas partes —los daños sufridos por Israel el 7 de octubre y la devastación que ha padecido Gaza en la guerra posterior— y también les advirtió de los riesgos de no firmar la paz.
El sufrimiento de los civiles de Gaza ha «aislado a Israel internacionalmente y ha puesto en peligro los avances que tanto le ha costado conseguir para establecer relaciones en la región», afirmó.
Si no asegura la paz a largo plazo, corre el riesgo de perder a los socios árabes con los que ha hecho las paces, incluidos Jordania y Egipto, dijo.
Seguir estancado en Gaza supondría un coste económico para Israel, perjudicando aún más su calificación crediticia y la inversión extranjera, afirmó.
Israel se ha equivocado, dijo, al congelar 500 millones de dólares en ingresos fiscales destinados a la Autoridad Palestina (AP).
Por el lado de palestina, dijo, la «negativa de la AP a condenar de forma coherente e inequívoca a Hamás y los asesinatos del 7 de octubre no ha hecho sino afianzar las dudas entre los israelíes de que las dos comunidades puedan llegar a convivir en paz, al igual que los pagos de la AP a las familias de los terroristas y los comentarios antisemitas de sus dirigentes».
«Muchos socios de la región y de fuera de ella tampoco se han mostrado dispuestos a condenar públicamente a Hamás. En medio del coro de condenas a Israel, el silencio sobre Hamás ha sido ensordecedor», afirmó.
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