El segmento de los SUV crosovers compactos es uno de los más competitivos del mercado – sino el más– y los fabricantes ponen mucho esmero en presentar productos que en algo aventajen a la competencia. A fin de cuentas, este es la franja de mayores ventas en Estados Unidos, y es difícil sobresalir cuando casi todos usan sus mejores atuendos para asistir al baile. Afortunadamente con el RDX 2019, Acura demuestra que la diferencia, muchas veces está es esos “pequeños detalles”, como la canción de Roberto Carlos.
Este vehículo ha sido diseñado y desarrollado en Estados Unidos. Está en su tercera generación y cuenta con una nueva plataforma que es más alta, más ancha y larga…más norteamericana pudiéramos decir. En su terminado A Spec como el que probamos, algo del ADN del super auto Acura NSX se puede atisbar, y esto no es nada execrable. El nuevo RDX es una clara evolución, y sus mejoras marcan todas las casillas necesarias para competir con los modelos populares ya establecidos, incluyendo el BMW X3, y el Mercedes-Benz GLC.
El nuevo motor turbo de cuatro cilindros produce 272 caballos de fuerza, y aporta suficiente potencia y buena “pegada” al RDX. El torque de gama baja le da a la SUV un impulso rápido desde el inicio. La economía de combustible es ligeramente mejor que la de algunos competidores, logrando 22 millas por galón en la ciudad y 28 en la autopista.
El nuevo RDX es rápido, como para complacer a la mayoría. No es un crossover de rendimiento, pero ejecutará la mayoría de los movimientos cotidianos de manera agresiva si se le demanda, y es bastante gratificante para esos paseos por carreteras secundarias. Es muy silencioso en la carretera, y la transmisión automática de 10 velocidades hace su trabajo con serenidad.
La mayoría de los conductores en este segmento estarán más interesados por el sistema de tracción total o AWD de Acura y Honda. Denominado Super-Handling AWD, o SH-AWD, permite enviar hasta el 70 por ciento del torque al eje trasero, con el 100 por ciento de ese torque capaz de ir a una sola rueda si las condiciones del camino lo exigen. Puede atacar las esquinas como un auto mucho más pequeño, pero si una rueda pierde tracción, la otra se hace cargo. Esto es clave cuando llegan la nieve y el hielo. Es un sistema de tiempo completo para que el conductor no tenga que intervenir, excepto si desea cambiarlo al modo de manejo de nieve.
Además de una conducción más dinámica y disfrutable, la otra gran sorpresa ha sido el nuevo diseño del sistema de información y entretenimiento -infotainment- y la consola que lo opera. Con demasiada frecuencia y a veces severidad, Acura ha sido vapuleada por su sistema de doble pantalla, sin que le haya faltado compañía. Es decepcionante pagar más de $50,000 dólares por un auto que, en lo que se ha convertido en una de sus partes vitales, mueva más a la frustración que al disfrute. Lexus, en mi opinión, el más ejemplarizante de este problema.
El RDX es el primer Acura en obtener la nueva Interfaz True Touchpad, que, según Acura, pasó por decenas de miles de horas de prueba en el Laboratorio de Simulación de Conducción de la Universidad Estatal de Ohio. En cuestión de minutos, es muy fácil navegar el sistema operativo que permite la fácil integración con Android y Apple CarPlay. El nuevo sistema carece de pantalla táctil. Los usuarios encontrarán un panel táctil parecido al de las computadoras portátiles – touchpad– y algunos botones para controlar una pantalla bastante grande y de alta resolución que sobresale del tablero. En la práctica, esto puede distraer menos que una configuración de pantalla táctil, que debe estar al alcance del brazo y generalmente se encuentra debajo de una línea de visión hacia la carretera.
El touchpad tiene una tecnología interesante que requiere un poco de tiempo para acostumbrarse. Utiliza algo llamado «mapeo 1:1» para permitir al usuario colocar un dedo en el teclado y aterrizar en una región de la pantalla táctil. El panel táctil en sí también se divide en regiones primarias y secundarias, correspondientes a las mismas regiones en la pantalla. En mi experiencia, me sentí muy cómodo operándolo.
El rediseñado Acura RDX 2019 merece también encomio por su interior. La cabina de gran apariencia merece un lugar al lado -o incluso por encima- del Volvo XC60 o el Audi Q5, que tienen algunos de los mejores interiores de la clase. Los asientos deportivos son espaciosos y de buen apoyo, hay espacio de carga por encima de la media y en el caso de nuestro auto de prueba, un A-Spec, el tapizado de cuero rojo y negro con detalles de metal, confiere una estampa contemporánea a este Acura muy difícil de amonestar.
Las características estándar de asistencia al conductor incluyen AcuraWatch y una cámara de vista trasera. AcuraWatch es un conjunto de funciones de seguridad activa que incluye control de crucero adaptativo, advertencia de colisión delantera, frenado automático de emergencia, advertencia y asistencia para mantener el carril y mitigación de la salida de la carretera.
Elegir un Acura RDX 2019 no es tarea complicada. Hay un solo terminado con tres paquetes de opciones, el de tecnología, A-Spec y avanzado. EL RDX Standar comienza en los $37,300. El paquete de tecnología agrega $3,200 dólares en costos, pero es una excelente opción para la mayoría de los compradores. Con el paquete A-Spec este Acura sube a los $43,500, mientras que el más caro de todos, el Acura RDX con Advance Package, tiene precio de $45,400.
Estrenando su tercera generación, el Acura RDX no solamente agrega un nuevo motor, nueva tecnología o apariencia refinada. El 2019 RDX es algo más. Es diversión, satisfacción de conducir y, porque no, vanidad de pertenencia. Este es un genuino SUV de lujo, no un Honda adornado, y esto, es algo que todos esperábamos.
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