Un gran jurado federal en Nashville, Tennessee, el 18 de noviembre remitió 16 cargos que reemplazan la acusación por la que imputan a siete miembros de la notoria pandilla MS-13 por conspiración de distribuir cocaína y marihuana, además de delitos relacionados con armas, anunció el Departamento de Justicia (DOJ).
Los cargos se presentaron contra Carlos Ochoa-Martínez, de 31 años, Jason Sandoval, 35 años, Jorge Flores, 28 años, José Pineda-Cáceres, 22 años, Juan Meléndez, 25 años, Franklin Hernández, 21 años, y Gerson Serrano-Ramírez, de 33.
La acusación alega que a partir de 2014 y hasta el día de hoy, los siete hombres conspiraron juntos para obtener cantidades a granel tanto de marihuana como de cocaína para su redistribución en el centro de Tennessee y sus alrededores.
La policía afirma que esas drogas se desmenuzaron en cantidades más pequeñas y se vendieron en los clubes nocturnos de Nashville y sus alrededores, y en los estacionamientos y baños de esos establecimientos.
Según la formulación de cargos, los miembros de la banda llevarían y descargarían armas de fuego a fin de maximizar la distribución de drogas en esos clubes nocturnos, amenazar a los traficantes de drogas de la competencia que vendieran e intentaran vender cocaína y marihuana en ellos, y para proteger sus drogas, su territorio y sus ganancias.
Para mantener y ampliar el control sobre su distribución de drogas, los miembros de la banda cometerían actos que implicarían asesinato, intimidación y agresión contra las personas que pusieran en peligro sus operaciones, incluidos los traficantes de drogas rivales.
Todos los acusados están bajo custodia y comparecerán ante un juez de primera instancia de Estados Unidos en una fecha posterior. Si son declarados culpables, se enfrentan a una sentencia mínima de cinco años y hasta 40 años de prisión.
Esta investigación está a cargo de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos; las Investigaciones de Seguridad Nacional del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos; la Administración de Lucha contra las Drogas; y el Departamento de Policía Metropolitana de Nashville. El abogado litigante Matthew Hoff de la División Criminal de la Sección de Pandillas y Crimen Organizado y el Asistente del Fiscal de los Estados Unidos Ahmed Safeeullah están procesando este caso.
MS-13 es una violenta pandilla callejera que opera en Estados Unidos, El Salvador, Honduras, Guatemala, México y otros países. Se considera una de las principales amenazas del crimen organizado transnacional en Estados Unidos y ha sido culpada de docenas de asesinatos desde 2016. Se dice que el lema informal de la banda es «matar, violar, controlar».
El presidente Donald Trump ha descrito a sus miembros como «animales» y «matones».
Se cree que la banda fue fundada como una pandilla callejera de barrio en Los Ángeles a mediados de los años 80 por inmigrantes que huían de una guerra civil en El Salvador. La Corte Suprema de El Salvador definió a la pandilla como un grupo terrorista en 2015, permitiendo que los tribunales de ese país dicten sentencias más severas a sus miembros.
Cada año, la banda es responsable de una serie de delitos violentos en Estados Unidos, incluidos asesinatos, extorsión, tráfico de armas y drogas, asaltos, violaciones, trata de personas, robos y secuestros. Durante décadas, la banda ha explotado las debilidades de las normas de seguridad de inmigración de Estados Unidos, para con ello trasladar a sus miembros dentro y fuera de Estados Unidos y para reclutar a nuevos miembros que llegan a Estados Unidos ilegalmente.
El 21 de octubre, el Departamento de Justicia publicó un informe en el que se detallan sus esfuerzos por «desbaratar, desmantelar y destruir la MS-13», el que revela que casi tres cuartas partes de los presuntos miembros de la violenta banda enjuiciada por el Departamento de Justicia en los últimos cuatro años estaban presentes en Estados Unidos de forma ilegal. El informe muestra que el departamento procesó a 749 miembros de la notoria banda desde 2016.
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