La Policía del Capitolio de EE. UU. (USCP, por sus siglas en inglés) está en el punto de mira luego de que el inspector general de la USCP abriera una investigación sobre denuncias de que el departamento ingresó ilegalmente a las oficinas de los miembros republicanos del Congreso, entrevistó al personal republicano y tomó fotografías de documentos que estaban protegidos por las normas del Congreso.
En un hilo de Twitter, el representante Troy Nehls (R-Texas) argumentó que su oficina había sido una de varias oficinas del Partido Republicano a las que la USCP había ingresado y registrado de manera ilegal.
«La División de Inteligencia de la Policía del Capitolio investigó mi oficina de manera ilegal y uno de mis empleados los sorprendió en el acto», Nehls abrió el hilo.
«El 20 de noviembre de 2021, la Policía del Capitolio ingresó a mi oficina sin mi conocimiento y fotografió documentos legislativos confidenciales protegidos por la cláusula de Discurso y Debate consagrada en la Constitución, Artículo 1 Sección 6», continuó Nehls.
«Dos días después, el lunes 22 de noviembre de 2021 (semana de Acción de Gracias), tres oficiales de inteligencia intentaron ingresar a mi oficina mientras la Cámara estaba en receso».
La USCP, dijo Nehls, «nunca me informó a mí ni al personal de alto nivel sobre su investigación y las razones son claras. No tenían autoridad para fotografiar mi oficina, y mucho menos para investigarme a mí o a mi personal».
«Entonces, ¿Por qué la Dirección de la Policía del Capitolio me está investigando maliciosamente en un intento de destruirme a mí y a mi figura?»
Nehls sugirió una respuesta a la pregunta retórica: «Tal vez sea porque he criticado abiertamente a [la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.)], al Comité del 6 de enero y al liderazgo [de la USCP] por su gestión del 6 de enero, a la muerte de Ashli Babbitt y la posterior investigación de SHAM».
El representante Chip Roy (R-Texas) comentó en un retuit del hilo: «Esto debe investigarse a fondo, y debe haber consecuencias. Además, ¿Quién sabía sobre esto y cuándo lo supieron?»
La investigación se abrió a petición del jefe de la USCP, J. Thomas Manger.
En una carta dirigida a siete legisladores republicanos, Manger negó las acusaciones de que el registro e incautación de documentos y otra información de los republicanos por parte de la USCP fuera ilegal, pero presentó la investigación del inspector general como una salvaguarda.
«Aunque confío en nuestros métodos, pido a la Oficina del Inspector General de la USCP que revise los programas de la USCP relacionados con estas evaluaciones de seguridad para asegurar tanto a este Comité, al Congreso en su conjunto y a la gente que estos procesos son legales, necesarios y apropiados», escribió Manger.
La solicitud ocurrió después de que Nehls descubriera a agentes de la USCP fisgonearon su oficina, y la solicitud de Manger probablemente surgió en parte a raíz de este descubrimiento.
En un comunicado, Manger defendió las acciones de la USCP.
Manger escribió: «La Policía del Capitolio de Estados Unidos ha jurado proteger a los miembros del Congreso. Si la oficina de un miembro se queda abierta y sin seguridad, sin nadie dentro de la oficina, los oficiales de la USCP deben documentarlo y asegurar la oficina para garantizar que nadie pueda entrar a robar o hacer cualquier otra cosa infame».
«El fin de semana previo al Día de Acción de Gracias, uno de nuestros oficiales vigilantes detectó que la puerta del congresista estaba abierta de par en par. Ese lunes, el personal de USCP realizó un seguimiento personal junto con el personal del congresista y determinó que no era necesaria ninguna investigación ni ninguna otra acción de ningún tipo».
«Nunca se inició ni se llevó a cabo ninguna investigación sobre el representante o su personal», afirmó Manger.
Manger reemplazó al exjefe de USCP, Steven Sund, tras la manifestación del 6 de enero a instancias de la presidenta Pelosi. En varias ocasiones, Sund ha dicho que pidió a los funcionarios del Capitolio nombrados por Pelosi que trajeran a la Guardia Nacional en varias ocasiones antes del mitin, pero dijo que la petición fue rechazada cada vez.
A pesar de la gravedad de estas acusaciones, que implican que Pelosi dejó el Capitolio sin que estuviera debidamente equipado en un momento en que las tensiones eran elevadas, Pelosi admitió el 3 de febrero que no había dado algún testimonio o documento a la comisión del 6 de enero, dominada por los demócratas.
Los republicanos, por su parte, se han comprometido a investigar los pasos en falso de los demócratas antes del mitin en el caso de recuperar el control de la Cámara en noviembre.
En un comunicado de prensa, el representante Louie Gohmert (R-Texas) alegó que el Departamento de Justicia (DOJ) del presidente Joe Biden también estuvo involucrado en el escándalo.
Gohmert dijo que en enero había recibido correo que ya estaba abierto y tenía el sello «DOJ MAILROOM» y «X-RAYED». Gohmert argumentó que este registro de su correo constituía una violación de la Constitución «ya que el correo del Congreso está constitucionalmente protegido por la Cláusula de Discurso y Debate».
«Este es un comportamiento criminal», dictaminó Gohmert.
Haciendo referencia a las acusaciones contra la USCP, Gohmert dijo que «el espionaje de los demócratas a los opositores políticos parece no tener fin».
Agregó: «La Corte Suprema ha dejado en claro que el Departamento de Justicia ni siquiera puede usar una orden de registro para registrar el correo y la oficina de un representante».
«Queremos respuestas a este ultraje», concluyó Gohmert, «no excusas».
Es probable que los descubrimientos sorpresa sean un punto clave para los republicanos en futuras investigaciones si recuperan la Cámara en noviembre.
El DOJ no pudo ser contactado de inmediato para comentar acerca de las acusaciones de Gohmert.
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