La administración Biden anunció esta semana que las empresas de tecnología que reciban fondos de la Ley de ciencia y CHIPS de USD 280,000 millones no podrán construir instalaciones avanzadas en China por un período de 10 años.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, anunció la regla durante una conferencia de prensa el 6 de septiembre, enmarcando la regla como un paso importante para salvaguardar la seguridad nacional.
“Las empresas que reciben fondos de CHIP[S] no pueden construir instalaciones de tecnología avanzada o de vanguardia en China durante un período de 10 años”, dijo Raimondo. «Las empresas que reciben el dinero solo pueden expandir sus fábricas de nodos maduros en China para servir al mercado chino».
“También vamos a implementar medidas de protección para garantizar que aquellos que reciben fondos de CHIPS no puedan comprometer la seguridad nacional. No se les permite usar este dinero para invertir en China. No pueden desarrollar tecnologías de punta en China. No pueden enviar la última tecnología al extranjero”.
El presidente Joe Biden firmó la legislación CHIPS en agosto. El proyecto de ley de gastos tiene como objetivo impulsar una base nacional para la fabricación e investigación de semiconductores.
Estados Unidos, como gran parte del mundo, actualmente depende de Taiwán y China para casi todas sus necesidades de fabricación de semiconductores. Esto representa un problema ya que los chips son necesarios para innumerables tecnologías modernas que van desde vehículos de consumo hasta misiles hipersónicos.
La dependencia a las cadenas de suministro en el extranjero, combinada con una relación chino-estadounidense cada vez más antagónica y las ramificaciones de numerosas políticas por el COVID-19, crearon una escasez mundial de microchips que ha elevado drásticamente la demanda y los precios de las tecnologías relacionadas.
Las agencias de inteligencia de EE.UU. también advirtieron que el Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un estado de partido único, está involucrado en una amplia campaña para adquirir tecnologías avanzadas de EE.UU. a través del espionaje y acuerdos comerciales.
Asimismo, un informe del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown dijo que el ala militar del PCCh está utilizando semiconductores estadounidenses avanzados para entrenar su propia inteligencia artificial.
Por lo tanto, es probable que los comentarios de Raimondo el martes alivien algunas preocupaciones relacionadas con que las corporaciones tecnológicas usen el dinero destinado a la creación de CHIPS en EE.UU. como un fondo para diseñar chips avanzados en Estados Unidos, que luego podrían subcontratar a China para su fabricación.
“Si toman el dinero, no pueden usar el dinero para invertir en China, no pueden construir una fábrica de vanguardia en China por un período de 10 años”, dijo Raimondo. “Si expanden sus fábricas de nodos maduros en China, es solo para servir al mercado chino”.
“Y, por cierto, si toman dinero y luego hacen alguna de esas cosas, recuperaremos el dinero”.
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